El Madrid, batido por la juventud del Tottenham
En el corazón del juego, Modric, Kroos y Benzema parecen estar trotando en su homenaje, y sin Carvajal y con Marcelo flojo, ahora mismo nadie se va de nadie. El hilillo de verticalidad lo pone Achraf.
Pero sufriendo más, el Madrid comenzó en Wembley mejor que en el Bernabéu. Tuvo momentos buenos.
Salió con una predisposición óptima. El Tottenham tardó exactamente seis minutos en dar dos pases. Línea de cinco perfecta y Dele Alli detrás de Kane. En la media acumulaba hombres que presionaban bien la salida del juego. A partir del 7 el partido comenzó a cambiar, se apreció el orden local y la velocidad para salir buscando a Kane, un delantero que se libera de la marca con violencia.
El ataque del Madrid comenzó a consistir en un toque más lento alrededor de Isco junto a las puntuales llegadas de Achraf, muy vertical, muy joven y muy solo. El equipo crecía por detrás. Ramos estuvo a su mejor nivel, y a él se sumó un Casemiro imperial en la primera parte. Sostuvieron al equipo. Entre los dos lo cortaban todo, y asentaron al Madrid, le dieron seguridad, grandes fundamentos y una red para que Modric y Kroos, si lo consideraban oportuno, construyesen el juego.
Cundió la sensación de que Ramos y Casemiro desmoralizaban poco a poco al Tottenham, pese al gol. Llegó en el 26 en un fuera de juego, todo hay que decirlo. Pase de Winks a la evolución del lateral Trippier, pase de primeras y llegada de Dele Alli. Tres jugadores jóvenes estupendos.
Pero el Madrid reaccionó al gol como en sus mejores momentos. Apareció Modric con tres jugadas consecutivas, y también Cristiano, con llegada a puerta contraria. Las contras londinenses topaban con el talento elástico y la exacta colocación de Casemiro y Ramos.
El Madrid volvió a tocarla con más velocidad. Isco se movió mucho, llegó incluso a la derecha, dando opciones a Achraf. Uno de sus pases casi lo aprovecha Cristiano. Al final de la primera parte llegó a aparecer hasta Benzema. Los jugadores llegan a ritmos distintos. Nunca a la vez. Hizo un recorte al Tottenham entero en el 41, y luego remató en el 42, otra vez tras pase de Achraf.
El final de la primera parte fue un festival de fútbol. El Madrid llegaba con renovado peligro, y a la vez trataba de minimizar las peligrosas contras del Tottenham. Ramos evitó un gol cantado de Kane tras una jugada en la que Trippier se fue de Marcelo con demasiada facilidad. Las llegadas de ese lateral fueron un peligro durante toda la primera parte.