Lágrimas como fuentes de electricidad, ¿ficción o realidad?

  06 Octubre 2017    Leído: 487
Lágrimas como fuentes de electricidad, ¿ficción o realidad?
Científicos irlandeses descubrieron que una sustancia, conocida como lisozima, presente en la baba y en las lágrimas de los seres humanos, es capaz de servir como fuente de electricidad. Los resultados de su estudio fueron publicados en la revista Applied Physics Letters.
Hay leyendas que afirman que las lágrimas son un ingrediente básico para muchas pociones mágicas ya que estas contienen una enorme potencia curativa.

Es poco probable que algún científico quiera comprobar estas aseveraciones dado que la composición de las lágrimas es bien conocida. No hay nada extraordinario: solo agua, material inorgánico y varias proteínas.

Sin embargo, el líquido de las lágrimas contiene una enzima muy peculiar: la lisozima. Esta sustancia también está presente en otros fluidos corporales como la baba o la leche materna. Además, dicho material forma parte de la clara de diferentes aves.

Sin embargo, el hecho que más asombra es que la lisozima en ciertas condiciones puede generar electricidad, porque es un material piezoeléctrico, es decir, es capaz de generar energía cuando se somete a una tensión mecánica.

Los científicos irlandeses de la Universidad de Limerick han descubierto que los cristales de lisozima pueden generar electricidad una vez que se someten a dicha tensión.

Muchos materiales también tienen características parecidas, en particular, el cuarzo, que puede convertir la energía mecánica a la eléctrica, y viceversa. Este tipo de componentes se usa en muchos aparatos, de móviles a sonares.

"La piezoelectricidad se usan universalmente; no obstante, la capacidad de esta proteína [lisozima] de generar electricidad no había sido estudiada", relató la autora principal del estudio, Aimee Stapleton.

De acuerdo con la científica, el efecto piezoeléctrico en los cristales de lisozima es bastante grande y es igual al de cuarzo. Los científicos descubrieron esta característica de la lisozima al poner una capa de esta sustancia entre dos vidrios y luego aplicaron tensión sobre ellos calculando la carga eléctrica que salía del material.

"La lisozima es un material biológico, es decir no tóxico, por lo que puede tener múltiples aplicaciones innovadoras. Por ejemplo, puede ser usado para la creación de capas electroactivas y antimicrobianas para implantes médicos", explicó la investigadora.

Los investigadores del estudio señalan que la simplicidad del uso y el asequible precio de los cristales de lisozima son una ventaja significativa.

Asimismo, los científicos están convencidos de que su descubrimiento sentará la base para futuros estudios en el campo de fuentes alternativas de energía. Por ahora, el sueño de crear un piezoeléctrico biocompatible ya se está haciendo realidad, así que ya puede ser usado en numerosos dispositivos electrónicos médicos, como sensores e implantes.

Sputnik

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