Los automóviles BMW tendrán una casa en el corazón industrial de México para, desde allí, desarrollar su expansión en América. La firma alemana ha comenzado la construcción de su planta en San Luis Potosí que estará terminada en 2019 y que servirá para que la compañía automotriz traslade un tercio de su producción mundial al continente americano. BMW ha aprovechado el crecimiento de la industria automotriz en México y su ubicación geográfica para influir, principalmente, en el mercado norteamericano.

El ambicioso plan se cocinó en 2011 cuando la compañía notó que sus instalaciones en Spartanburg (Carolina del Sur, EE UU) tenían un límite de crecimiento ante el aumento de la demanda en América. Los directivos de la armadora alemana comenzaron la búsqueda de un sitio para seguir con la producción de automóviles en la zona del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés).

La entrañas mineras de México se han volcado en los últimos años al auge de la industria automotriz

Tras revisar 30 lugares en la región, la firma eligió a tres finalistas en México dentro de un triángulo trazado entre la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara. “Todos los estados eran comparables en términos de apoyo del Gobierno, la transparencia para hacer negocios, la mano de obra cualificada, pero al final San Luis Potosí tuvo la mejor nota en general”, cuenta Oliver Zipse, director de producción del Grupo BMW. La entrañas mineras de México se han volcado en los últimos años al auge de la industria automotriz y han desarrollado un corredor industrial entre armadores y proveedores de autopartes.

El terreno donde se construye la planta de BMW está rodeado de todo tipo de cactáceas y al lado del pequeño municipio de Villa de Reyes (8,500 habitantes). Una infinita línea de naves industriales se dibuja a lo largo de la carretera que conduce al sitio del que saldrán los primeros automóviles BMW hechos en México. La firma ha anunciado que será el clásico Sedán Series 3 el vehículo que se fabricará en San Luis Potosí y que su planta armadora tendrá una capacidad de hasta 150.000 unidades por año. La alemana ha invertido 1.000 millones de dólares en la construcción de una planta, que aseguran, será la más moderna de la firma en el mundo.

El aterrizaje de BMW y de otras compañías automotrices en México han sido también resultado de la labor de convencimiento del Gobierno mexicano a la puertas de las principales firmas del mundo. Algunos gobiernos estatales montan comitivas especiales y preparan ambiciosas propuestas que presentan ante los directivos para conseguir que las plantas armadoras se construyan en sus Estados. En el caso de BMW, el Gobierno de San Luis Potosí facilitó la adquisición del terreno y dio incentivos fiscales a la compañía para facilitar su instalación. Y el Gobierno federal ha facilitado la logística. “Hemos trabajado en puertos, aeropuertos y aduanas para que la producción pueda ser transportada como se requiere”, explica Rogelio Garza Garza, subsecretario de Economía.

A pesar de la bonanza de la industria automotriz en México, el sector ha visto en los últimos meses la caída de su producción y exportaciones. Aunque el descenso es ligero y está relacionado con la menor demanda internacional de automóviles, las grandes empresas han comenzado a notar el enfriamiento de la industria. La BMW confía en que el crecimiento se sostendrá en los próximos años. “Creemos que es un efecto temporal. México tiene una gran capacidad en cuanto al crecimiento de la industria automotriz y los tratados de libre comercio son una baza para el país”, apunta Zipse, de la junta directiva. La alemana vendió el año pasado 17.400 autos en México y 2,2 millones en el mundo.

México es el séptimo en producción de coches del mundo y posee una vasta cadena de proveedores de autopartes que ha llevado a empresas alemanas, estadounidenses, coreanas y japonesas a emprender sus proyectos de ensamblaje. El bajío y el norte del país se ha convertido en la región que alberga a la naciente industria automotriz. Actualmente, el país fábrica un poco más de tres millones de autos y el Gobierno estima que en 2020 se producirán unos cinco millones de coches en México.

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