La nota señala que la celebración de la consulta pone en peligro la paz y la estabilidad de Irak, así como de la región en su conjunto.
"Turquía subrayó en repetidas ocasiones que el grave error cometido por el Gobierno de la Región de Kurdistán tendrá un precio y en este sentido determinó las sanciones que se impondrán contra aquél en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional que se celebró el 25 de septiembre de 2017 y en una reunión del Consejo de Ministros", dice el comunicado.
La Cancillería turca llama a la comunidad internacional y, en particular, a los países de la región, a no reconocer las consecuencias de esta iniciativa ilegítima.
Además de Turquía, en la que los kurdos representan la segunda en tamaño comunidad étnica y que lleva varias décadas luchando contra los separatistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), se expresaron en contra del referéndum varios países más, entre ellos Alemania, EEUU, Irán y Reino Unido.
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