Hamás, que tiene las riendas de Gaza desde 2007, anunció el 17 de septiembre que disolvía un polémico organismo, visto por Abás como un gobierno paralelo, y que deseaba conversar con las autoridades de Ramala con vistas a una reconciliación y a la celebración de elecciones generales.
Se espera que el primer ministro palestino, Rami Hamdalá, viaje a Gaza en los próximos días por primera vez desde 2015.
"Una vez que el primer ministro vaya a Gaza y el Gobierno empiece a tomar posesión de diferentes ministerios, Al Fatah (movimiento político de Abás) y Hamás comenzarán a hablar de reunificación y de cómo resolver los problemas", explicó el comunicado oficial del Gobierno palestino.
Desde Gaza, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, reiteró el deseo de su movimiento de dar un paso hacia el entendimiento con Ramala.
"Estamos preparados para recibir en Gaza a un gobierno de unión nacional y estamos listos para volver a El Cairo a hablar con Al Fatah para sentar las bases de un dialogo nacional productivo", dijo.
Egipto se ha convertido en mediador entre las diferentes facciones palestinas.
Por otra parte, los líderes de Hamás han pedido a Abás que levante las medidas punitivas aplicadas contra Gaza que asfixian aún más a la población. En los últimos meses el Gobierno palestino no transfirió todos los salarios de los funcionarios de Gaza y dejó de pagar una parte de la factura eléctrica de la franja, lo cual ha reducido el suministro a tres o cuatro horas por día.
Los dos millones de habitantes de Gaza sufren además las consecuencias de un severo bloqueo impuesto por Israel desde hace diez años y viven en unas condiciones de pobreza y aislamiento que organismos internacionales consideran alarmantes.
Tres guerras con Israel han castigado a la franja en los últimos diez años. Según la ONU, si nada cambia, Gaza podría ser una zona inhabitable en 2020.
Sputnik
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