Önderoglu, Fincanci y Nesin ejercieron por un día cada uno de directores del diario como parte de una iniciativa de apoyo en la que han participado, hasta el momento, 44 periodistas e intelectuales. De ellos, 37 están siendo investigados por la Justicia y a varios se les ha tomado declaración, pero hasta el momento ninguno había sido arrestado en firme y enviado a prisión de forma preventiva en espera del juicio como ha ocurrido con estos tres.
En declaraciones al medio digital Bianet antes de ser enviada a la cárcel, Fincanci opinó que el tribunal los ha elegido a ellos tres “específicamente” en un intento de “romper la solidaridad” con Özgür Gündem. Por su parte, Ahmet Nesin, hijo del famoso escritor turco Ali Nesin, recordó que en 38 de carrera de periodismo judicial jamás había sido detenido por su trabajo, hasta ahora, algo que en su parecer demuestra el deterioro de la libertad de prensa en el país euroasiático.
“Decir que estamos conmocionados por lo que ha pasado se queda corto”, aseguró el encargado de RSF para Europa Oriental, Johann Bihr, en declaraciones a EL PAÍS. “Resulta obvio que cuando las autoridades arrestan a un defensor de la libertad de prensa tan prominente como Erol Önderoglu lo que están haciendo es enviar un mensaje intimidatorio al resto. Indicar que nadie está protegido”, afirmó Bihr y exigió a Turquía “la inmediata liberación” de los tres arrestados. El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europea, Nils Muiznieks, se mostró igualmente “consternado” en un mensaje en la red social Twitter y afirmó que tratará el caso con las autoridades turcas.
La red de organizaciones de derechos humanos EuroMed Rights ha exigido la “liberación incondicional” de estos tres detenidos y ha instado a Turquía a “detener el acoso a defensores de los derechos humanos y periodistas” así como a cumplir con la Carta de Derechos Humanos de la ONU. Desde las protestas de Gezi en 2013, la libertad de prensa en Turquía ha sufrido un retroceso continuo, con la detención y procesamiento de cientos de periodistas.
Según un informe redactado por el propio Önderoglu para Bianet , 28 periodistas turcos permanecen entre rejas, la mayoría pertenecientes a medios de comunicación izquierdistas o prokurdos. Los últimos sentenciados a penas de cárcel han sido Can Dündar y Erdem Gül, del diario Cumhuriyet, por revelar el envío ilegal de armas turcas a Siria, aunque permanecen en libertad hasta que el Tribunal Supremo revise su apelación. Además, en torno a 2.000 periodistas han sido despedidos de su empleo por presiones de las autoridades desde 2013 y, en los últimos meses, el Gobierno ha intervenido varios medios de comunicación críticos con el presidente Recep Tayyip Erdogan.
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