Se informa que el 5 de septiembre la consejera sostuvo una conversación telefónica con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que expresó la preocupación por la situación en el estado de Rakáin tras ver noticias y fotografías de lo que está ocurriendo con rohinyás en este territorio.

Aung San Suu Kyi a su vez aseguró que el Gobierno de Birmania respeta los derechos de todos los ciudadanos del país y subrayó la necesidad de evitar cualquier desinformación que afecte negativamente las relaciones de Birmania con otros países.

Según la ministra, las fotografías presentadas a las autoridades turcas "fueron sacadas en cualquier parte del mundo pero no en Birmania".

"Es simplemente la punta del gran iceberg de desinformación orientada a crear problemas entre diferentes países y con el objetivo de promover el interés de los terroristas", dice la nota.

La también ministra de Exteriores indicó que su país busca cooperar con los Estados amistosos con el fin de "evitar que el terrorismo se arraigue en la tierra de Myanmar" y garantizar la seguridad de cada persona en el país.

Unas 400 personas murieron en el estado noroccidental birmano de Rakáin desde el 25 de agosto en los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los insurgentes rohinyás.

La cifra incluye a unos 370 insurgentes, 13 agentes de seguridad, dos funcionarios y 14 civiles, según medios internacionales.

La Organización Internacional para las Migraciones y Acnur estiman que unos 123.000 musulmanes rohinyás escaparon de la violencia en Birmania a Bangladés desde el 25 de agosto.

Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin) a finales del siglo XIX y a principios del XX, durante la época colonial cuando los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental a un territorio con escasa mano de obra agrícola.

Sputnik

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