Al introducir las autoridades rusas el embargo agroalimentario en 2014, un 60% de las importaciones totales de carne y pescado del país y un 50% de las importaciones de productos lácteos, hortalizas y frutas quedaron prohibidas. Se creó así una gran oportunidad para los productores nacionales y, paralelamente, las importaciones totales de alimentos de la UE cayeron un 40% entre 2013 y 2016.
"La agricultura rusa está en auge. Y es cierto que vemos mucho interés de los inversores extranjeros", aseguró a FT Andréi Gúriev, director ejecutivo de PhosAgro, una importante compañía rusa de fertilizantes.
Mientras tanto, las ventas de Rusagro, la mayor empresa agrícola del país, aumentaron un 16% en 2016 en comparación con el año anterior, incluyendo un incremento del 49% en las ventas de cultivos de trigo y maíz. La producción de trigo por parte de Steppe, una compañía propiedad del conglomerado Sistema, creció un 80% el año pasado.
Se prevé que Rusia produzca más de 130 millones de toneladas de cereales este año, según la consultora agrícola ProZerno, con sede en Moscú.
"Rusia alimentará al mundo, no hay duda. Tenemos tierra cultivable, agua, tecnología e infraestructuras listas", dijo Gúriev. "Es muy simple. Los países se enfrentarán a la escasez de alimentos. Así que mirarán a Rusia e invertirán en ella para protegerse a sí mismos", pronosticó.Sputnik
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