Unas 400 personas, principalmente insurgentes pero también 14 civiles, murieron en Rakáin en una serie de choques recientes entre las fuerzas de seguridad birmanas y militantes rohinyás que atacaron una treintena de puestos policiales y militares el 25 de agosto.
Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin) a finales del siglo XIX y a principios del XX, durante la época colonial cuando los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental a un territorio con escasa mano de obra agrícola.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.
En 2012 la violencia interétnica en Sittwe, capital de Rakáin, se saldó con unos 200 muertos y provocó el desplazamiento de casi 140.000 personas, en su mayoría rohinyás.
El conflicto en Rakáin se agudizó después de que insurgentes rohinyás lanzaran una serie de ataques contra guardias fronterizos en octubre y noviembre de 2016.
A finales de agosto, el Gobierno de Birmania declaró terrorista al Ejército para la Salvación Rohinyá de Arakán (ARSA, por sus siglas en inglés) y afirmó que busca establecer una república islámica.
El grupo insurgente, que niega tener vínculos con el yihadismo transnacional, respondió que ejerce legítima defensa en un intento de salvar a la comunidad rohinyá de Arakán del "terrorismo de Estado".
Sputnik
Etiquetas: