David Cameron y Jeremy Corbyn cruzaron finalmente sus caminos en el momento de rendir tributo a la diputada laborista Jo Cox. Los dos líderes, que mantuvieron escrupulosamente las distancias durante la campaña del referéndum de la UE, cerraron finalmente filas en Birstall y condenaron al unísono el "ataque a la democracia". La policía local confirmó por su parte que la diputada fue objeto de un ataque premeditado y vinculado a la "extrema derecha", tras confirmar el hallazgo de parafernalia nazi en la casa del asesino, Thomas Mair, que mantuvo contactos con varios grupos supremacistas en Estados Unidos y en Suráfrica. El móvil político está ya fuera de toda duda. Jo Cox, que había convertido la defensa de los inmigrantes en su caballo de batalla, había recibido amenazas desde hacía tres meses. Un día antes de morir asesinada había participado en un acto de protesta contra la flotilla del Brexit de Nigel Farage, el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip), que demostró de nuevo su falta de escrúpulos con un cartel en el que acusa a la UE de la crisis de los refugiados. La campaña del referéndum quedó en suspenso durante toda la jornada del viernes, aunque el sábado hay previstos ya varios actos. El Partido Laborista ha decidido suspender unilateralmente su campaña hasta el lunes, en espera a la convocatoria de urgencia del Parlamento británico en el que se espera salga una resolución unánime de condena. A su paso por Birstall, y en el momento de depositar flores en el lugar donde murió Jo Cox, David hizo un llamamiento para "erradicar la división y la intolerancia de la política y de la vida pública". Jeremy Corbyn dijo que Jo Cox fue asesinada por "el pozo del odio". Ninguno de los dos hizo una referencia directa a la acritud alcanzada por el debate del referéndum, pero el silencio de plomo hablaba por sí mismo. El líder liberal-demócrata Tim Farron fue quien más claro lo dijo: "Me siento disgustado y contrariado por esos políticos, esas figuras públicas y esos periódicos que agitan el miedo y el odio. El debate público de se ha convertido en un lugar despreciable donde los ataques personales y el ataque a los extranjeros, a los inmigrantes, a los pobres y todos los que son diferentes es algo ya común".
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