Fracaso general de los partidos

  27 Abril 2016    Leído: 582
Fracaso general de los partidos
Todos se culpan mutuamente de la repetición de las eleccionesANÁLISIS: El espectáculo acaba sin gloria, por Lucía Méndez

Felipe VI dio ayer por saldada la legislatura más breve de la Democracia. El Monarca echó la llave a cuatro meses de negociaciones, acuerdos y desencuentros; de anuncios de pacto y debates de ruptura; de reuniones radiadas y ruedas de prensa interminables; de grandes palabras y pequeñas evocaciones de cal viva... En un comunicado con el que ponía fin a la tercera ronda de consultas, la Casa del Rey constató que «no existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios para formar Gobierno». Esto determina el fracaso histórico y sin precedentes de los partidos políticos y el arranque de un nuevo teatro electoral, ya declarado, con vistas a lo que muchos califican como la «segunda vuelta» del 20-D, los comicios del 26 de junio.La incapacidad para el acuerdo llegó a visualizarse ayer de un modo muy expresivo en el seno de la izquierda. Compromís presentó una propuesta trampa para acusar después al PSOE, junto a Podemos, de quedarse solo frente a la izquierda.Una propuesta sorpresa, destinada a envolver a Pedro Sánchez en el tul ilusión de un pacto de izquierdas, animó ayer los últimos minutos de la ronda de consultas con la que, de manera definitiva, el Rey echó la llave y el cerrojo a la legislatura más breve de la democracia. Todo se saldó finalmente con el primer gran fracaso histórico de los grupos políticos, la puesta en marcha del reloj electoral que culminará en unas elecciones que se repetirán el 26 de junio y el arranque de una auténtica guerra de relatos que sirve de preludio a la ya inmediata campaña electoral.En medio de las recurrentes y recíprocas acusaciones sobre la falta de voluntad de pacto del adversario -PP y Podemos culparon al PSOE y éste, como Ciudadanos, a Podemos y al PP-, sólo el Rey concitó el acuerdo y el aplauso general. El presidente del Congreso, Patxi López, y los portavoces de los grupos coincidieron en sus elogios a su «neutralidad» y profesionalidad en el desempeño de su función. Una función arbitral definitivamente alejada de la mediación y del auspicio militante de acuerdos que muchos le atribuyeron al comienzo de este proceso.Las dos únicas «recomendaciones» del Monarca a los grupos, según confirmó el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, fueron su llamada a una campaña austera y en positivo. Esto es, que se evite a los ciudadanos la carga de la confrontación y los reproches sobre lo que ha pasado desde el 20 de diciembre.La primera petición pareció ser atendida por la mayoría de los invitados a La Zarzuela. No así la segunda. El cruce dialéctico entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez a cuenta de la propuesta lanzada por la mañana por el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, dio la medida de la gran batalla electoral inaugurada por la hegemonía en la izquierda política.Pedro Sánchez parte con cierta ventaja, según las encuestas. Pero la posible alianza entre Podemos e Izquierda Unida podría contener la pronosticada bajada del partido de Pablo Iglesias, que pretende convertirse en la primera fuerza de la izquierda. Podemos intentará adelantar al PSOE y hacer posible en verano lo que no ha podido conseguir ahora: un Ejecutivo de izquierdas encabezado por Iglesias con el apoyo de los independentistas catalanes.Compromís, actor protagonistaEl pequeño grupo de Compromís, con cuatro escaños, se convirtió en actor protagonista al entregar al Rey una propuesta de pacto in extremis, «deliberadamente genérica», para un Gobierno de izquierdas presidido por Sánchez; un pacto a la valenciana de apenas 30 puntos, entre los que la formación de Mónica Oltra renunciaba al referéndum independentista en aras de un «modelo federal» y democrático.Antes de que el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, y Albert Rivera enfriaran las expectativas, el PSOE vino a alimentarlas. Primero, con una reunión de urgencia aderezada con una foto oficial de la misma y, a continuación, con una rápida comparecencia del portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, en la que aseguró aceptar el envite; eso sí, condicionado a la pervivencia de su pacto con Ciudadanos y a la conformación de un Gobierno de Sánchez sólo del PSOE, en el que podrían entrar ministros «independientes» próximos a Podemos y a Ciudadanos.Los socialistas aprovechaban así el guante lanzado por Compromís para escenificar que por ellos «no va a quedar» y que iban a intentar alcanzar un acuerdo de investidura para evitar elecciones hasta el final.Como en la fábula del escorpión y la rana, el PSOE aceptaba cruzar a sus íntimos adversarios al otro lado del río con una «contraoferta» expresamente dirigida a Podemos en la que venía a instarle a no hacerse daño. Como en la propia fábula, Pablo Iglesias clavaba su aguijón pocas horas después sobre la rana con una comparecencia en la que culpó a Sánchez de negarse al acuerdo de izquierdas, a pesar de que Hernando había asegurado que lo aceptaba.La propia Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat Valenciana y líder de Compromís, irrumpió en escena para afear a Sánchez su exigencia de Gobierno en minoría sólo del PSOE. «¿Pero de qué va, con 90 diputados?», le espetó. En esta declarada guerra de relatos, Sánchez trató de no acusar recibo. Agradeció a Compromís su propuesta y culpó a Iglesias y a Rajoy de «bloquear» cualquier acuerdo y abocar a España a elecciones.Muy duro contra Pablo Iglesias, Sánchez acusó a Podemos de traicionar a sus votantes y aseguró que «nunca quiso un acuerdo con el PSOE» porque no quiere a un presidente socialista. «Vive mejor con Rajoy de presidente», espetó. «Algo que los votantes de Podemos tendrán muy en cuenta», añadió.El pacto con C`s, `congelado`Los socialistas darán por iniciada la precampaña con un Comité Federal el próximo sábado. La idea de Sánchez es repetir programa y, en su gran mayoría, las listas. Fuentes socialistas admiten que desde este momento el pacto con Ciudadanos queda «congelado» ante la nueva convocatoria electoral. Pero Compromís parecía dispuesto a seguir clavando el aguijón pese a hundirse en las aguas del pacto con la propia rana. Tras la comparecencia de Sánchez, Baldoví volvió a salir a la palestra para calificar su contrapropuesta de «inaceptable». «No puede pretender el PSOE que le demos gratis los votos con un Gobierno de independientes. ¿Por qué no ha propuesto un presidente independiente también? El PSOE ha buscado excusas», insistió, reivindicando hasta el final el prurito dialogante de la izquierda.Tan cruenta fue a última hora la batalla de la izquierda que la comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quedó casi escondida. «Por suerte para España», dijo acerca de ese pacto nonato, «ese Gobierno no ha salido».Ya al final, vino el Rey a echar el candado de la legislatura con un comunicado en el que saldaba formalmente «que no existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios». La legislatura del fracaso quedaba así sentenciada. Arranca una cruenta guerra electoral.

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