Su mensaje ha llegado a orillas del Mediterráneo sin necesidad de botella; el roquero Sting ha conquistado este lunes la Costa del Sol para proclamarse eterno bajo el cielo malagueño a los pies del Castillo de Sohail de Fuengirola, una de las fortalezas árabes más antiguas de España.

Tras más de una década en silencio, Gordon Matthew Sumner ha desembarcado sobre los escenarios con un nuevo trabajo discográfico, '57th & 9th', que presenta en una gira en la que deja claro que a sus 66 años está en plena forma vocal y física.

"Estoy feliz de estar aquí", ha afirmado en perfecto español el músico británico a los pocos minutos de pisar las tablas.

Ante un aforo de 10.500 súbditos confesos y entregados a su música, el compositor británico ha inaugurado la segunda edición del Marenostrum Music Castle Park, tras suceder en el escenario a la estrella del violín Ara Malikian.

Puntual, como buen 'Englishman', Sting ha arrancado con Synchronicity, el último disco de la mítica banda The Police, de la que fue vocalista, un concierto nostálgico en el que ha repasado los grandes éxitos de su carrera.

Un auténtico 'alien' por el que no pasan los años ha demostrado ser el compositor británico que ha interpretado temas como Spirits in a material world, Roxanne, If I ever lose my faith in you, Desert rose o Fragile.

En absoluto está 'so lonely' -tan solo- el popular intérprete y bajista y así se lo ha demostrado su público, que ha colapsado la ciudad desde las siete de la tarde y acampado en sus playas para oírle desde la arena.

Sobre el escenario, le han acompañado los guitarristas Dominic Y Rufus Miller, padre e hijo; Josh Freese, en la batería, y Percy Cardona, del grupo The Last Bandoleros, al acordeón.

Muy especiales los coros, que han estado protagonizados por su hijo, Joe Sumner, que ha rendido tributo al recientemente desaparecido cantante británico David Bowie al interpretar sobre el escenario su tema 'Ashes to ashes', después de que su propio padre se lo pidiera. "Tu padre quiere que cantes", ha dicho.

Su guitarra y su desgarrada voz han cerrado un recital en el que también ha homenajeado a Bill Withers al son de Ain't no sunshine y ha confesado a su público que permanecerá cerca de ellos con su "Next to you" mientras le correspondían con un "I'll be watching you" (estaré mirándote, en español).

EFE

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