El jefe del Servicio de Hematología de Vithas Xanit de Benalmádena (Málaga), Javier Gutiérrez, ha señalado de que uno de los principales problemas que tiene la ferropenia o anemia por falta de hierro es su falta de diagnóstico, ya que debido a sus primeros síntomas muchas pacientes son catalogadas como depresivas.
Algunos de los síntomas más frecuentes de la falta de hierro, incluso antes de que se llegue a producir anemia, pueden ser debilidad y cansancio, dolores de cabeza de forma continuada o problemas para concentrarse o pensar.
Si la ferropenia empeora, el paciente puede presentar otros síntomas como uñas quebradizas (con color, forma o textura no habitual), y si se produce anemia, sensación de mareo al levantarse o color pálido de la piel.
La anemia es el descenso de la hemoglobina (proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a todas las partes del cuerpo) habitual de una persona, y aunque hay varios tipos, la más frecuente es la ferropenia.
Esta falta de hierro es muy frecuente en algunos grupos de población como las mujeres en edad fértil, en las que alcanza hasta a un 25-30 por ciento de las mujeres y a un 15 por ciento de las adolescentes, ha apuntado el hematólogo en un comunicado.
Se calcula que todas las mujeres con pérdidas menstruales superiores a 80 mililitros por periodo menstrual desarrollan un déficit de hierro, y en países en vías de desarrollo la incidencia puede alcanzar al 80 por ciento de estos grupos, ha añadido.
Gutiérrez recomienda administrar de forma sistemática suplementos de hierro en recién nacidos de madres con ferropenia y, en los adolescentes, medir la ferritina en las revisiones periódicas en los colegios e institutos para administrar hierro en los casos de niveles bajos.
"Lo más importante para poder controlar este falta de hierro es saber diagnosticarla de forma adecuada", ha insistido el especialista, quien ha explicado que un análisis de sangre que mide el número de glóbulos rojos y su tamaño, así como la hemoglobina y la determinación de la ferritina permite detectar esta patología.
Uno de los problemas que tiene el tratamiento con hierro puede ser su mala tolerancia -puede producir estreñimiento, diarrea, molestias gástricas-, lo que hace que muchas veces no se siga bien o se tome a menos dosis de la necesaria, casos para los que se dispone de hierro de administración intravenosa.
El especialista ha hecho hincapié en la importancia del cuidado de la alimentación para prevenir la ferropenia, y ha advertido de que una dieta basada en lácteos, bollería y pasta, "tan habitual en la actualidad sobre todo en los niños y adolescentes, es muy rica en calorías pero muy pobre en hierro y otros nutrientes".
Para prevenir la carencia de hierro, ha aconsejado tomar almejas, berberechos, hígado, aves como la perdiz y la codorniz, carnes rojas, habas, espinacas, acelgas, lentejas y pistachos.
EFE
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