"Hemos solicitado que se nos pueda acompañar en los estudios de los efectos medicinales y alimenticios y en ese contexto vamos a seguir trabajando para encontrar soluciones a las enfermedades de la modernidad", dijo el ministro de Exteriores de Bolivia, Fernando Huanacuni.

Por su parte, el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa dijo que entidades como el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria podrían participar de estos trabajos y comparó la situación de la coca en Bolivia con el proceso de legalización de la marihuana en este país.

"Uruguay tiene una reglamentación única en el mundo que es sobre la regulación del mercado de marihuana, nos puede hacer una gran complementación en ese sentido", afirmó Nin Novoa.

La coca constituye un patrimonio ancestral de la cultura boliviana, donde tiene múltiples usos, y el Gobierno de Bolivia defiende su legalización y uso, pese a que es una sustancia controlada en los tratados internacionales antidrogas porque se la emplea como materia prima de la cocaína.

La Organización de las Naciones Unidas reconoció el derecho de los bolivianos a consumir hojas de coca en su estado natural y adoptar una ley para retirar a esta planta de la lista de sustancias controladas.
En marzo, el Gobierno de Bolivia aprobó la Ley General de la Coca, separándola de la lista de sustancias controladas y legalizando hasta 22.000 hectáreas de cultivos.

Huanacuni sostuvo que la "hoja sagrada y milenaria" de la coca es muy importante para Bolivia, pues hace parte de una "experiencia cultural y espiritual", pero también se puede potenciar con "experiencias científicas" que permitan "validarla en el contexto de lo que es medicina y alimento ante las deficiencias de la lógica y la vida moderna".

En su encuentro del jueves, los cancilleres discutieron asimismo un posible acuerdo para que Uruguay se convierta en un punto de salida de los productos de exportación bolivianos hacia el océano Atlántico.

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