Situada a lo largo del río Liujiang y cubierta de vegetación y árboles, absorberá cerca de 10.000 toneladas de CO2 y 57 toneladas de contaminantes al año, y producirá 900 toneladas de oxígeno, según informa el portal Futurism. Como resultado, la ciudad bosque ayudará a disminuir la temperatura media del aire, mejorará la calidad del aire local, creará barreras contra el ruido, generará hábitats, y enriquecerá la biodiversidad local en la región.
En cuanto a sus propias necesidades energéticas, serán satisfechas por la energía solar, la geotérmica y otras fuentes renovables.
Estará conectada con el área metropolitana por una vía rápida para coches eléctricos y contará con numerosos paneles solares en las azoteas para recoger energía renovable, incluirá zonas comerciales, zonas residenciales, espacios recreativos, un hospital, y dos escuelas.
El proyecto, apoyado por las autoridades chinas de más alto nivel, está previsto que se complete para 2020. Representa un sueño para los ecologistas y amantes de la naturaleza, una esperanza de calidad de vida para las generaciones venideras y, en definitiva, una idea alternativa moderna y necesaria.
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