El ministro agregó que lo sucedido fue para Catar "un golpe en la espalda" y señaló que el país mostró que no es fácil "absorberlo".
"Esperamos que no lleguemos a una intervención militar, pero siempre estamos dispuestos, estamos aquí para defender a nuestro país", indicó el titular.
El 3 de julio se supo que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto —países promotores del boicot diplomático a Catar- aceptaron a petición de Kuwait aplazar por 48 horas la fecha límite que habían dado a Doha para responder a sus exigencias.
El 5 de junio, estos cuatro países rompieron relaciones diplomáticas con Catar y suspendieron todas las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la pequeña monarquía del golfo Pérsico, a la que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Al bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras, también Jordania y Yibuti decidieron rebajar el rango de las relaciones diplomáticas con Catar, y Chad y Senegal llamaron a consultas a sus embajadores en Doha.
Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron a Catar 13 condiciones, entre ellas, el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, así como el desmantelamiento de una base militar turca.
El Gobierno de Catar calificó de injustificado el bloqueo diplomático y de inviables las condiciones para levantarlo.
Sputnik
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