En total, unas 389.300 personas han huido, y de estas, 70.380 han sido reubicadas en 79 centros de evacuación del Gobierno, según cifras del Departamento de Bienestar Social de la región.
Según Mazo, la situación se agrava porque en los centros de evacuación se están dando brotes de enfermedades, casos alarmantes de gastroenteritis e infecciones. 26 personas han fallecido en hospitales por este tipo de dolencias.
"También se están dando casos de traumas psicológicos por los combates", asegura Mazo.
Mientras tanto, las fuerzas del Gobierno continúan combatiendo para retomar la ciudad, la que mayor población musulmana concentra de toda Filipinas, un país de mayoría católica.
A finales de mayo grupos armados que juraron lealtad a Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y en otros países— se lanzaron a la conquista de Marawi. A principios de junio el Gobierno filipino desplegó aviones de combate, helicópteros de asalto y vehículos con artillería para eliminar a los terroristas.
El presidente del país, Rodrigo Duterte, decretó la ley marcial en mayo en el sur del país para poder lidiar con la crisis y aseguró el 30 de junio que el Gobierno acabaría con los terroristas.
"No nos iremos [de Marawi] hasta que el último terrorista sea ejecutado", sentenció Duterte durante su discurso.
Etiquetas: #Filipinas #Daesh