No obstante, Sanders se negó a precisar cómo había llegado a oídos de la Casa Blanca la amenaza del futuro ataque.
Recientemente, el servicio de prensa de la Casa Blanca publicó un comunicado en el que acusó al mandatario sirio, Bashar Asad, de estar preparando un nuevo ataque químico. Las autoridades estadounidenses advirtieron que, en caso de que este se realice, el Gobierno sirio "lo pagará muy caro".
Esta no es la primera vez que EEUU acusa a Asad de utilizar armas de destrucción masiva.
A principios de abril, Trump acusó a las fuerzas gubernamentales de Siria de estar detrás de un supuesto ataque con armas químicas en la localidad de Jan Sheijun.
EEUU atacó con 59 misiles la base aérea siria de Shairat el pasado 7 de abril. La Casa Blanca justificó la ofensiva alegando que, desde estas instalaciones, había sido realizado el ataque contra Jan Sheijun. En cualquier caso, lo cierto es que el país norteamericano no esperó a que se realizara una investigación independiente de los hechos.
Por su parte, Moscú y Damasco calificaron el bombardeo de EEUU como una agresión, mientras que el ministro de Exteriores sirio, Walid Mualem, enfatizó que el Ejército gubernamental "no ha utilizado ni utilizará jamás" armas químicas contra su propio pueblo, "ni siquiera" contra los rebeldes o los yihadistas.
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