A la llegada de las fuerzas policiales, residentes y voluntarios se han manifestado en contra del desalojo y pidiendo la apertura de la frontera. Pese a la tensión del momento y la fuerte presencia policial, no se han vivido escenas de violencia importantes, aunque según imágenes en las redes sociales se ha quemado alguna tienda de campaña.
El campamento de Eko se había organizado al rededor de una gasolinera del mismo nombre cerca de la localidad de Polikastro y a unos 25 kilómetros de el campo de Idomeni, desalojado hace unas semanas y en el que llegaron a vivir entre 10.000 y 12.000 personas.
Los refugiados se instalaron en el campamento Eko porque no querían que los llevaran a los campos organizados por el ejércit, ha explicado al canal 324 Ruben Wagensberg, voluntario catalán que trabaja en la zona.
Según Wagensberg, la policía ha cortado las carreteras para facilitar la operación e impedir que los voluntarios intervengan. Este voluntario asegura que las condiciones de vida en este campo improvisado eran bastante precarias, pero contaban con la ayuda de activistas como él que organizaban talleres para los niños y otras actividades.
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