Los terroristas tenían cuatro armas de fuego, un centenar de balas, algunos explosivos y una bandera Daesh en su poder.
El 7 de junio la capital iraní fue escenario de dos atentados, uno contra la sede del Parlamento y otro contra el mausoleo del imán Ruholá Jomeiní, que dejaron al menos 17 muertos y unos 50 heridos.
Decenas de personas fueron detenidas en el país en relación con los ataques que fueron reivindicados por Daesh.
Sputnik
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