Mujeres e inmigración, las armas de doble filo de Trump
El excéntrico multimillonario, más conocido por sus apariciones en televisión, sus mujeres despampanantes y comentarios controvertidos, ha barrido a todos sus rivales del Partido Republicano. Su polémico discurso de levantar muros ha calado en los miedos de la población blanca mejor que ningún otro candidato.
A pesar del discurso antiinmigración del aspirante a la Casa Blanca, su madre fue inmigrante escocesa. Y dos de sus tres mujeres también lo fueron cuando llegaron por primera vez a Estados Unidos: Ivana, su primera esposa, era checoslovaca, y la actual, Melania, nació en Eslovenia.
¿Cómo se explica tal paradoja? «El discurso de Trump está dirigido principalmente contra México y China, el gran competidor de Estados Unidos en los últimos tiempos. No contra Europa», explica Carlos Parrondo Izquierdo, del Colegio de Politólogos de Madrid. «Es blanca y europea. Si fuera latinoamericana destacaría más. La mujer de Obama ha sido más llamativa en ese aspecto». Además, Melania cumple los requisitos de la «cultura anglosajona, blanca y protestante». A los que se les conoce como «WASP» –acrónimo en inglés de «White, Anglo-Saxon y Protestant».
«No supone ninguna contradicción. Se trata de una comunicación negativa de sus adversarios, porque él defiende la inmigración legal y su mujer llegó con contrato de trabajo», valora Rubén Tamboleo García, politólogo e investigador de la Universidad Complutense de Madrid. Y así es, la potencial primera dama siempre ha remarcado que ella siguió la ley: «Nunca pensé estar aquí sin papeles».