El mundo se ha vuelto cada vez más violento en los últimos 25 años, si solo se miran las cifras. Más ataques terroristas masivos en los últimos cinco que en lustros anteriores y más personas desplazadas que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial, según el Índice de Paz Global 2016.

Pero más allá de Medio Oriente y de sus contradicciones, el resto del mundo no ha sufrido lo mismo, al contrario, ha disfrutado de más paz y tranquilidad que nunca antes, han añadido los investigadores.

El índice anual, que mide 23 indicadores incluidos los incidentes de crímenes violentos, los niveles de militarización y las armas importaciones de los países, indica que la intensificación de los conflictos en el Medio Oriente han sido los principales responsables.

«Muy a menudo, en el caos que está sucediendo en Oriente Medio en la actualidad, se pierde de vista las tendencias positivas», dijo Steve Killelea, fundador del Instituto para la Economía y la Paz (IEP), que produce el índice.

«Si nos fijamos en el último año, si apartamos la realidad de Oriente Medio ... el mundo se han vuelto más pacífico», dijo Killelea a la Fundación Thomson Reuters.

Más de 100.000 personas murieron en conflictos en 2014, frente a los casi 20.000 en 2008. Siria, donde cerca de 67.000 personas murieron en 2014, representaron la mayor parte de este repunte, de acuerdo con el índice.

Fuera de esto, diez países pueden ser considerados totalmente ajenos a cualquier conflicto, según los autores del estudio. De acuerdo a The Independent, que cita al Instituto para la Economía y la Paz, sólo Botswana, Chile, Costa Rica, Japón, Mauricio, Panamá, Qatar, Suiza, Uruguay y Vietnam están libres de conflictos.

El índice muestra que 81 países se estabilizaron en el último año, mientras que la situación se deterioró en 79. Sin embargo, a diferencia de años anteriores, el IEP notó una tendencia clara en los países más pacíficos a mejorar aún más en este apartado, mientras que los países menos pacíficos fueron a peor. A este fenómeno lo han llamado «desigualdad de la paz».

«La principal razón detrás de esto es nuestra incapacidad para resolver los conflictos que surgen», dijo Killelea a «The Independent». «Los conflictos en Afganistán e Irak se han mantenido durante más de una década, en 2011 estalló la guerra de Siria y más tarde sucedió lo mismo en Libia y Yemen».

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