El Rey y la «revolucionaria» bandera de España

  10 Junio 2016    Leído: 565
El Rey y la «revolucionaria» bandera de España

El Rey acudió en la tarde de este viernes a la Real Academia de la Historia para conocer los detalles del origen de la bandera de España, una enseña que fue creada el 28 de mayo de 1785 por Carlos III, el Monarca favorito de Don Felipe (de hecho, eligió un retrato del Rey ilustrado para presidir su despacho de La Zarzuela). El Rey escuchó con interés la conferencia que pronunció el académico y militar Hugo O’Donnell y Duque de Estrada, duque de Tetuán, quien afirmó que Carlos III escogió de entre las doce banderas que le propusieron «la más revolucionaria de todas».

La bandera nacional tiene su origen en el siglo XVIII cuando Carlos III consideró necesario cambiar por razones prácticas el pabellón blanco, color de la Dinastía de los Borbones, que utilizaban entonces los barcos españoles
Esta bandera blanca propiciaba que los buques de nuestra Armada se confundieran con los de otras naciones en las que también reinaban los Borbones, sobre todo cuando se divisaban a larga distancia o el viento estaba en calma, porque había que fijarse en el escudo para distinguirlos. Con 76 navíos de línea, sin contar fragatas ni auxiliares, la Real Armada española sólo era superada en aquellos tiempos por la inglesa. Además, algunos buques mercantes españoles, que no podían utilizar la enseña de la Armada, usaban entonces una bandera que se confundía con la británica, lo que provocó algún ataque por error.

Carlos III convocó entonces un concurso para elegir la nueva bandera, que debía ser «llamativa, de escudo fácilmente interpretable y de representatitividad y solera histórica», explicó O’Donnell. El marino Antonio Valdés y Fernández Bazán, ministro de Marina de la época, presentó doce bocetos de banderas al Rey: los cuatro primeros combinaban el rojo y amarillo, que eran los colores de Aragón, pero el rojo también había sido el color de Castilla y el de los símbolos militares tradicionales anteriores a la Dinastía de los Borbones.

Los cuatro bocetos de la segunda fila combinaban el blanco (color dinástico) y el rojo (color tradicional), y los cuatro últimos recogían modelos «escandinavos», cuyo brazo mayor de la cruz facilitaba la visibilidad.

Valdés colocó en primer lugar su opción preferida. Esta bandera combinaba los colores rojo y amarillo, es decir «los colores de Aragón, puestos sus palos «a son de mar», horizontalmente, como había sido tradición en su Marina, de forma que al tremolar paralelos a las olas, sus franjas las imitasen», relató el académico. Esta bandera excluía el color dinástico, el blanco, lo que en opinión de O’Donnell, «parece mostrar el intento de una política independiente» de Francia, pero también era un gesto a la Corona de Aragón -de la que formaba parte Cataluña-, es decir a la reconciliación de España.

«Nos podemos imaginar a Carlos III discutiendo los pros y los contras de estos bocetos y de las combinaciones posibles, y decidiéndose, generosamente, por la más revolucionaria de todas, de la que estaba ausente todo elemento dinástico o personal», afirmó O’Donnell.

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