Aunque la información ha ido saliendo a cuentagotas, se ha podido saber que los principales ataques tuvieron lugar el 31 de mayo y el 3 de junio. No es la primera vez que la región de Diffa es golpeada por el terrorismo de Boko Haram. Solo este año ha habido una treintena de escaramuzas o atentados, la mayor parte en el departamento de Bosso, próximo al lago Chad, que está siendo utilizado por los miembros del grupo terrorista como refugio natural ante la ofensiva del Ejército de Nigeria que les asedia desde el sur. Sin embargo, esta oleada ha sido la más mortífera de todas.
Entre los 26 soldados muertos hay 24 nigerinos y dos nigerianos y entre los 112 heridos, 111 son militares y una mujer civil. Llama la atención que todos los terroristas neutralizados (55) estén muertos y no haya ningún herido entre ellos, según el balance oficial facilitado por las autoridades de Níger. “En este momento la ciudad de Bosso está totalmente bajo control”, aseguró este martes el portavoz del Gobierno, Assoumana Malam Issa, en un comunicado leído en la televisión pública tras la existencia de intensos rumores acerca de la presencia de miembros de Boko Haram aún en la ciudad el pasado lunes.
Lo cierto es que las operaciones de búsqueda de posibles cómplices están en marcha ante la sospecha de que Boko Haram contaba con una célula durmiente en Bosso que ha participado en estos violentos ataques, algunos de cuyos miembros pueden haberse escondido entre la población que ha huido de la ciudad. El domingo, el ministro de Defensa se desplazó hasta esta localidad en medio de una gran presencia del Ejército nigerino.
Las agencias de Naciones Unidas han suspendido por ahora sus actividades en Bosso , pero alertan del agravamiento de la crisis humanitaria en la región de Diffa, que según un censo del pasado mes de mayo contaba ya con 240.000 personas sin hogar a causa del conflicto. Según el coordinador humanitario de Naciones Unidas en esta zona, Fodé Ndiaye, los 50.000 nuevos desplazados de la última semana necesitan sobre todo agua potable, víveres, refugio y acceso a la atención sanitaria. “Esto viene a agravar una situación ya crítica en la región de Diffa. La mayor parte de las personas forzadas a huir por la inseguridad ya eran desplazados y se encuentran ahora en una situación de vulnerabilidad extrema. Necesitan acciones humanitarias urgentes para su supervivencia y la preservación de su dignidad”, dijo Ndiaye.
Tras decretar tres días de duelo nacional, este martes, el presidente nigerino Mahamadou Issoufou se trasladó a Yamena, la capital chadiana, donde se entrevistó con su homólogo Idris Déby con el objetivo de pedirle ayuda para hacer frente a Boko Haram, “que está haciendo un daño enorme no solo a nuestras poblaciones, sino también a nuestra religión porque es en nombre del Islam que Boko Haram siembra el terror”, dijo Issoufou. El encuentro, que duró aproximadamente una hora, parece haber dado sus frutos ya que el propio Déby anunció la adopción de medidas para proteger a la población. “Ya que Boko Haram actúa con los medios a su alcance, nosotros lo haremos con los nuestros”, aseguró Déby.
El conflicto que enfrenta a Boko Haram con el Ejército de Nigeria ha provocado unos 17.000 muertos desde el año 2009, así como la huida de 2,4 millones de personas de sus hogares, la mayor parte desplazados internos en la propia Nigeria y unos 300.000 refugiados en los países vecinos. Sin embargo, desde 2014, cuando Boko Haram anunció la creación de un califato en el noreste de Nigeria, este conflicto ha sobrepasado las fronteras del citado país y afecta con especial intensidad al norte de Camerún, el este de Níger y la región del Lago en Chad. Una contraofensiva del Ejército nigeriano y la creación de una fuerza militar conjunta han contribuido a debilitar al grupo terrorista que, sin embargo, sigue mostrando músculo en Níger, su tradicional zona de retaguardia.
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