José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocido a la oposición venezolana que su misión para propiciar un diálogo entre esta y el Gobierno de Nicolás Maduro está abocada al fracaso tras la negativa opositora a participar en ese proceso. «Nos dijo que en los próximos días tendrá que anunciar su retirada si no hay avances», afirman fuentes de la oposición. Esta considera que Maduro solo está intentando ganar tiempo para no celebrar este año el referéndum revocatorio que podría echarle de la presidencia, y desconfían de Zapatero por verle como un servidor de esa estrategia.
La negativa del líder opositor preso Leopoldo López a aceptar la oferta que en persona le presentó el expresidente del Gobierno español, en su visita del sábado a la cárcel de Ramo Verde, parece haber dado la puntilla al intento de mediación llevado a cabo por Zapatero, el expresidente de Panamá Martín Torrijos y el de la República Dominicana Lionel Fernández. En el encuentro celebrado en la prisión, Zapatero habría ofrecido a López cambiar la cárcel por arresto domiciliario; como contrapartida lo que el Gobierno busca es no celebrar el referéndum, al menos hasta principios de 2017, cuando una salida de Maduro no significaría la celebración de elecciones, sino que el vicepresidente completaría lo que queda de mandato hasta 2019.
«Le expresé que ninguna conversación o diálogo puede estar por encima del interés mayor: lograr el cambio constitucional este 2016», comentó después del encuentro Leopoldo López en las redes sociales. Añadió que le manifestó a Zapatero que el diálogo «no puede ser para ganar tiempo».
Ese encuentro vino a ser el reconocimiento implícito del Gobierno, probablemente no intencionado, de que López es un prisionero político, algo que el chavismo nunca ha admitido. Si fuera el delincuente que asegura el Gobierno, no cabría buscarle para integrarle en el diálogo político.
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