Científicos de centros de investigación de Nueva York y Ankara llegaron a la conclusión de que nuestras preferencias de sueño se deben a una mutación en el gen CRY1. Así, los llamados búhos, o las personas que tienden a quedarse levantadas hasta muy tarde, son los portadores de esta variante genética. En general, suelen retrasar la hora de dormir entre dos y cuatro horas en comparación con los no portadores del CRY1.
Según aseveran los investigadores, esta mutación —hallada a un 1,3% de las personas de ascendencia europea— está vinculada con el trastorno denominado síndrome de la Fase del Sueño Retrasada, que tiene como consecuencias la ansiedad, la depresión, así como enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
De acuerdo con Michael Young, uno de los autores del estudio, "es como si estas personas tuvieran un 'jet lag' perpetuo".
Los autores del estudio recomiendan a los portadores del CRY1 mantener una disciplina de sueño para controlar sus ciclos circadianos.
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