Estados Unidos quiere que sean los árabes suníes, y no los kurdos, quienes lleven el peso de la guerra contra el Estado Islámico (IS, según sus siglas en inglés). Así que Barack Obama va a anunciar hoy en Alemania, donde está en visita oficial, que va a multiplicar por seis su presencia militar en ese país: de 50 a 300 solados de las Fuerzas Especiales, sobre todo `boinas verdes`, especializados en entrenar a tropas locales e irregulares en cualquier lugar del mundo.

Hasta la fecha, el programa de EEUU de entrenamiento de guerrillas para combatir al IS y al Gobierno de Bachir Asad ha sido un desastre sin paliativos.

Washington, que esperaba tener una milicia de 18.000 hombres en 2018, solo ha logrado entrenar a 200. El año pasado, otro grupo similar fue borrado del mapa por las fuerzas del Gobierno sirio y, para escapar, los supervivientes tuvieron que atravesar territorio controlado por el Frente Al-Nusra (afiliado de Al Qaeda) quien, a cambio, les obligaron a que les entregaran todas las armas que los estadounidenses les habían dado. La clave del nuevo anuncio de Obama, que ha sido adelantado por el diario `The Wall Street Journal` es que la lucha contra el IS está siendo llevada a cabo prácticamente en solitario por las milicias kurdas. Esas milicias kurdas quieren establecer un estado que incluya el norte de Irak, Irán y Siria y el sur de Turquía. Y Turquía es un aliado clave de la OTAN cuyo Gobierno tiene una tolerancia cercana a cero hacia las aspiraciones independentistas de los kurdos, que en Irak ya operan prácticamente su propio Estado en el norte del país. La decisión de Obama llega justo una semana después de que el Departamento de Defensa anunciara una nueva escalada en Irak, donde EEUU tiene ya 5.000 soldados: 3.870 apoyando al Gobierno de ese país, más alrededor de dos centenares de tropas especiales entrando y saliendo, y otros 1.000 asignados a la protección de la Embajada estadounidense en Bagdad. Con el nuevo despliegue, Washington tendrá a 4.087 uniformados permanentemente asentados en Irak para combatir al IS. Pero además desplegará helicópteros AH-64, diseñados no para transporte de tropas sino simplemente para llevar a cabo ataques a tierra, y aumentará el número de sistemas de lanzacohetes HIMARS, que pueden regar con proyectiles áreas situadas a 300 de kilómetros de su base de lanzamiento. Los HIMARS (las siglas en inglés de Sistemas de Alta Movilidad de Lanzamiento de Proyectiles) son básicamente camiones con lanzamisiles. Llevan en Irak desde septiembre pasado, y solo entre ese mes y noviembre lanzaron más de 400 misiles contra posiciones del IS. Desde marzo, EEUU está empleándolos contra los integristas en Siria, aunque los vehículos de lanzamiento se encuentran en Jordania. EEUU también va a dar 417 millones de dólares (3711 millones de euros) a las milicias kurdas de Irak que combaten al IS.

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