Los cazas de quinta generación que ya están en servicio de varios países, se destacan por la integración de tecnologías furtivas en la construcción de estos aviones, por lo cual su diseño resulta ser más 'suave', las armas se esconden en plataformas interiores del casco.
Sin embargo, hay varias desventajas, en particular en elementos de sistemas de combustible y de armas que a veces se ponen en el exterior del casco de avión así que el diseño furtivo se viola.
Por ahora no se ha determinado cuáles serán las características principales de los aviones de sexta generación. No obstante, dos requisitos principales que ya se conocen son su carga útil y su alcance aumentados.
Se prevé que la inteligencia artificial juegue un rol importante en estos aviones, que podrá analizar amenazas facilitando de esta manera el trabajo del piloto. Además, es posible que varias modificaciones de estas aeronaves dispongan de un modo dron.
En este caso la cabina del piloto probablemente carecerá de asientos, que serán reemplazados con unos sistemas de radares que rastrearán numerosos drones enemigos.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos pidió que el gobierno otorgara unos 147 millones de dólares adicionales para el proyecto Penetrating Counter Air Fighter (PCA). El PCA es el programa que busca crear un análogo moderno del caza F-22 Raptor.
Sin embargo, el plan no menciona cuáles son los requisitos. Lo más probable es que sean aumentados tanto la carga útil como el alcance. Este último es útil para operaciones de penetración profunda en el territorio enemigo.
La empresa Boeing presentó un prototipo de un caza de nueva generación que puede despegar ya en el año 2028.
Japón y Reino Unido también firmaron un acuerdo de desarrollo de cazas de sexta generación. De este modo Tokio quiere encontrar una alternativa para su avión Mitsubishi F-2. La futura aeronave que tiene el nombre Future Fighter será un caza para operación de largo alcance contra los posibles enemigos de Japón: China y Corea del Norte.
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