Estados Unidos de Europa

  25 Abril 2016    Leído: 790
Estados Unidos de Europa
La canciller Angela Merkel ha aprovechado la quinta y última visita que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, realiza a Alemania para ensalzar la presencia creciente de Berlín en el tablero internacional y convocar una suerte de minicumbre transatlántica con cuatro de los 28 países que integran la Unión Europea y sin miembros de la Comisión que al menos simbólicamente representaran a los ausentes.

Al encuentro organizado por Merkel hoy en la ciudad de Hannover con Obama asistirán el presidente francés, François Hollande; el primer ministro británico, David Cameron, y el italiano Matteo Renzi, el único que ha venido expresando malestar por las fuerzas excluyentes que mueven Europa y el único que podría haber alzado la voz por un formato tan inusual como revelador: La UE está más desunida que nunca. Y Obama aterriza para impulsar los Estados Unidos de Europa y reforzar el eje occidental frente a la creciente amenaza que supone la Rusia de Putin. "No es mi deber decirle a Europa cómo gestionar Europa", declaró en víspera de su visita a Berlín, aunque no sin dejar claro que Estados Unidos quiere una "Europa democrática, fuerte y unida" porque los "serios desafíos" a los que la UE se enfrenta sólo deben ser abordados conjuntamente.Dividos por la crisis de los refugiados, salpicada de movimientos ultranacionalistas y euroescépticos, supurando por una crisis económica que perdura y bajo la amenaza del terrorismo yihadista, los líderes europeos, ensimismados en sus problemas domésticos, tienen poco que ofrecer en conjunto a Obama. Y Obama, en la recta final de su mandato, tampoco está en condiciones de ser una fuerza centrífuga para sus aliados europeos e ir más allá de unas declaraciones "Estoy al final de mi presidencia, pero aún me quedan nueve meses de mandato y eso es mucho tiempo", declaró el presidente norteamericano en la rueda de prensa que ofreció con la canciller tras la reunión de dos horas que ambos mantuvieron ayer en Hannover, inmediatamente después de la llegada a Alemania del mandatario estadounidense.Obama, que ha huido de las crisis y conflictos que más afectan por cercanía a Europa para centrar su política exterior en Asia y China, hablará con sus cuatro socios europeos de los temas abordados en formato bilateral con la canciller Merkel.

Asuntos en cartera

Entre los asuntos en cartera figuran Ucrania, las relaciones de la OTAN y Rusia de cara a la conferencia atlántica que se celebrará durante el próximo mes de julio en Cracovia, de la enquistada crisis de Oriente Próximo, de Irak y de Libia, cuya intervención volvió a calificar Obama de "correcta" pese al vacío de poder que dejó como saldo.Merkel y Obama no mostraron diferencias a la hora de analizar las actuaciones que Estados Unidos y sus aliados europeos están llevando a cabo para estabilizar la situación en las zonas de conflicto, donde la creciente presencia de Alemania mereció las alabanzas de Obama, que calificó Alemania como "un aliado fiable" que asume con determinación sus obligaciones para la paz y la seguridad en el mundo. Citó como ejemplo la contribución alemana en las negociaciones que arrojaron un acuerdo con Irán en materia nuclear, a lo que Merkel añadió la aportación de su país en las misiones internacionales de Afganistán, Irak y Siria, donde la política alemana ha roto tabúes con el envió de armas a los peshmergas kurdos que luchan contra las milicias yihadistas en ese país, especialmente contra el autodenominado Estado Islámico.No hubo autocrítica y tampoco críticas porque "el pasado hay que dejarlo atrás para mirar el futuro", sostuvo la canciller en referencia al espionaje de la agencia norteamericana NSA, del que ella, como otros gobernantes europeos, fue víctima.

Siria

Merkel y Obama también hablaron de Siria y tampoco ahí hubo fisuras. Ambos elogiaron la actuación de Turquía en la crisis humanitaria provocada por una guerra sin líneas rojas que ha dejado ya 360.000 muertos y 4,8 millones de refugiados, y ambos consideraron que sería un error enviar tropas de tierra para derribar el régimen de Bashar Asad. El estadounidense alabó el papel de Berlín y aseguró que la canciller "está en el lado correcto de la Historia" en la cuestión de los refugiados, la mayor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Pero Obama, de lo que habló principalmente con Merkel y de lo hablará también con los líderes europeos escogidos para esta minicumbre es del Tratado Transatlántico de Asociación e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) por ser el tema que más interesa de Europa a Estados Unidos y con el que el mandatario norteamericano quiere coronar su presidencia. "Es un acuerdo de libre comercio que impulsará la economía y creará puestos de trabajo", subrayó Obama, quien, pese a los flecos que aún tiene pendientes y los muchos detractores que ese tratado tiene en Europa confía en que estará listo para la firma a finales de este año.Entre 25.000 y 90.000 personas, según las fuentes, se echaron a las calles en vísperas de la llegada a Hannover de Obama para manifestar su rechazo al TTIP por entender que ese acuerdo dañará el medio ambiente, lesionará los derechos laborales, limitará la soberanía de los Estados implicados y reducirá los estándares de calidad.Pero las protestas nada tienen que ver con Obama, que viajó a Alemania para inaugurar la Feria de tecnología industrial de Hannover, de la que Estados Unidos es en esta edición país invitado. Según una encuesta realizada por el instituto demoscópico Emid para el tabloide Bild la popularidad de Obama en Alemania sigue siendo muy alta, por encima incluso que la de Merkel. Así, el 62% de los alemanes lamenta que éste no puede presentarse a un tercer mandato, el 51% le considera merecedor del Premio Nobel de la Paz con el que fue precipitadamente galardonado en 2009 y un 83% cree que, pese a las críticas que puedan hacerse a la gestión de Barack Obama, una eventual presidencia del candidato republicano Donald Trump será mucho peor.No se sabe si Merkel está en ese 83%, pues a una pregunta en la rueda de prensa que ofreció con Obama sobre la opinión que le merecía Trump y lo que pudiera hacer y deshacer si llega a la Casa Blanca, la canciller respondió con un lacónico "sigo con interés las elecciones en Estados Unidos". Obama profirió una sonrisa.

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