Este interesante fenómeno ha sido descrito por el premio nobel de Economía Angus Deaton y la economista de la Universidad de Princeton Anne Case, quienes detallaron que en el 2015 la mortalidad de la población blanca era un 30% más alta que la de los afroamericanos, según reporta El País.
Los economistas llaman a este fenómeno 'muertes por desesperanza'.
En pocas palabras, este grupo demográfico ha venido acumulando una serie de desventajas relacionadas con condiciones de vida debilitantes y hábitos de vida disfuncionales.
Por un lado, fueron víctimas del desempleo a causa de la crisis y de cambios como la globalización y la automatización de las industrias. Por otro lado, se encuentran los problemas con las drogas y el alcohol.
A esto se le unen los abandonos de los estudios, la entrada al mercado laboral a temprana edad, las enfermedades hereditarias y otros cambios en la sociedad, como por ejemplo el papel más activo que tienen las mujeres hoy en día.
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Todo esto deriva en que los hombres blancos "no ven un futuro mejor ni para ellos ni para su familia", explica el diario.
No en vano, los hombres blancos siguen siendo el grupo con mayor número de muertes por sobredosis de drogas y uno de los más afectados por el suicidio.
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