En ese sentido, el político independentista opinó que "será el Gobierno español el más interesado en que se produzca una buena negociación con Cataluña de los activos y pasivos".
Durante esa entrevista, Junqueras descartó "totalmente" la celebración de unas elecciones anticipadas, reiterando que la hoja de ruta soberanista está diseñada para llevar a un referéndum.
Junqueras descartó también especular sobre la fecha de esa consulta para "no contribuir a la ceremonia de la confusión".
Sin embargo, adelantó que el Ejecutivo catalán ya está trabajando para adaptar el formato del referéndum lo máximo posible a la legalidad dado que "es posible que esto nos lo pregunte la Corte Internacional de La Haya".
El vicepresidente catalán mostró su creencia de que el tribunal de La Haya acabará pronunciándose sobre la cuestión de la independencia catalana tras la celebración del referéndum.
"La cuestión es saber qué hará el Estado para tratar de impedirlo", dijo Junqueras sobre el referéndum, advirtiendo que eventuales medidas como la suspensión de la autonomía o declarar el estado de excepción "tienen sus consecuencias" e incluso "pueden dar más razones" a los independentistas.
En cuanto a la presión judicial sobre los políticos catalanes, como la reciente inhabilitación al expresidente Artur Mas por desobediencia al Tribunal Constitucional en la consulta soberanista de 2014, Junqueras explicó que los soberanistas "trabajan para ganar".
"Si no ganamos, pues estaremos inhabilitados y ya está, me dedicaré a otras cosas distintas a la política", afirmó.
Finalmente, Junqueras apuntó que si la opción independentista gana en un eventual referéndum la futura república de Cataluña "no inhabilitará a nadie".
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