Según Wang Yiren, sería bastante difícil investigar cuerpos celestes ubicados lejos de la Tierra, como Marte y Júpiter, con la ayuda de sondas espaciales que se mueven a base de la energía solar, por lo que sería más razonable usar instalaciones atómicas.
A finales del año pasado, el gigante asiático anunció que el planeta lanzará su primer aparato espacial al planeta rojo en 2020 con el objetivo de aterrizar allí y tomar muestras de su superficie. La misión también permitirá estudiar las órbitas de Marte y de Júpiter, así como su cinturón de asteroides.
Además, Pekín prevé que la sonda Chang E-5 llegue a la Luna, obtenga muestras allí y regrese a la Tierra antes del fin de 2017.
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