El pastor ayuda a los residentes "sedientos", pero impone varias condiciones a sus visitantes: se permite consumir alcohol sólo después de misa y no se puede cantar ni bailar dentro de la iglesia.
"La vida del pueblo se había ido y ahora la estamos recuperando", apuntó una de las visitantes del nuevo 'pub', que cierra a la 1 de la noche.
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