Los sobrevivientes de la batalla para liberar la ciudad —iniciada por el Gobierno de Irak el 17 de octubre de 2016— que han llegado a Hassan Sham admiten temer por la suerte de sus familiares que todavía quedan en Mosul.
"Si alguien intentaba escaparse, el EI le cortaba la cabeza… y si lograba huir, [los terroristas] quemaban su casa y arremeterían contra sus parientes", afirma otro refugiado. "Mis hijos me suplicaron que les salvara. Me suplicaron que no muriera para que pudiera salvarlos", recuerda.
Los civiles no solo tienen que sufrir la violencia del Estado Islámico, otros aseguran que han salido por miedo a los ataques aéreos realizados por la coalición liderada por EE.UU.
Los refugiados cuentan cómo los yihadistas obligan a los civiles a salir de sus casas para usarlas como bases durante uno o dos días. Cuando los aviones de la coalición comienzan a bombardearlas, los terroristas ya las han abandonado y es la gente que regresa a su casa la que muere bajo las bombas.
Algunos refugiados opinan que el único modo de salvar la vida es evitar todo contacto con los terroristas, que "te pueden matar solo por saludarlos".
La batalla por Mosul ha dejado hasta el momento varios miles de muertos y heridos. Después de más de 120 días de lucha, la coalición liderada por EE.UU. tomó bajo su control la parte oriental de la ciudad y el 19 de febrero comenzó una nueva ofensiva para conquistar la parte oeste.
Se estima que aún hay atrapados cerca de 750.000 civiles. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) estima que desde octubre pasado, más de 200.000 personas han huido de la ciudad.
RT.actualidad
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