Trump reivindica su política proteccionista: “Compra americano y contrata americano”

  19 Febrero 2017    Leído: 351
Trump reivindica su política proteccionista: “Compra americano y contrata americano”
En la planta de Boeing, insiste en que castigará a las empresas que trasladen su producción al extranjero

Hace un año, el candidato Donald Trump atizaba el miedo de que Boeing trasladara a China su línea de producción en Carolina del Sur. Este viernes, el presidente Trump visitó la planta del gigante aeronáutico en ese Estado y la puso de ejemplo para reivindicar su discurso proteccionista.


Desde que ganó las elecciones presidenciales, el magnate inmobiliario no ha dudado en adoptar un tono desafiante en política empresarial. Ha criticado los costes de productos, como el nuevo Air Force One que prepara Boeing, y ha amenazado con imponer elevados aranceles a las compañías que fabriquen en el extranjero.

“Nuestro objetivo como nación tiene que ser depender menos de importaciones y más de productos hechos en Estados Unidos”, dijo el republicano en la fábrica de Boeing en North Charleston, en la que se produce el nuevo modelo 787-10 del avión comercial Dreamliner y en la que los empleados rechazaron esta semana organizarse bajo un sindicato.

En alusión a su lema nacionalista de América primero, el presidente defendió que el “mantra” debe ser “compra americano y contrata americano” e insistió en que habrá penalizaciones a las empresas que trasladen su producción fuera de EE UU y luego vendan sus productos de vuelta en el país. Trump no dio detalles pero en diciembre dijo que ese arancel, que debería aprobar el Congreso, sería del 35%. El impuesto busca castigar especialmente las deslocalizaciones a México, que fue un blanco de la retórica electoral del republicano.

Trump hizo de la recuperación de empleos industriales en EE UU una de sus banderas electorales, lo que le permitió conquistar el voto de la clase trabajadora blanca del Medio Oeste. Como presidente, ha adoptado un papel de árbitro: elogiando y criticando decisiones empresariales, lo que ha alimentado el temor de las compañías a ser señaladas públicamente.

Trump también ha tratado de erigirse como un gestor eficiente: en diciembre, como presidente electo, vendió como un éxito la conservación de mil empleos de una fábrica de aparatos de aire acondicionado en Indiana, que él había atacado en la campaña electoral, a cambio de un plan de rebajas fiscales.

En medio de este clima, Ford anunció en enero que cancelaba la apertura de una fábrica en México y que, a cambio, expandiría su producción en Michigan. El día antes, el presidente había criticado los planes mexicanos de General Motors y le había amenazado con represalias fiscales.

“De golpe, las plantas están volviendo a nuestro país”, se jactó Trump en Carolina del Sur. El republicano abogó porque sea más fácil producir en EE UU que abandonar el país, pero no formuló ninguna propuesta ambiciosa para frenar el declive manufacturero estadounidense.ElPais

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