Catastrófico Barcelona ante el PSG en París

  15 Febrero 2017    Leído: 725
Catastrófico Barcelona ante el PSG en París
El equipo de Luis Enrique, desfigurado y sin respuestas de ningún tipo, sufre una
estrepitosa derrota ante el brillante equipo de Emery, impulsado por Di María, Cavani y Draxler
Anoche fue un cartel, o si se quiere un póster pasado de moda, arrancado por un sensacional PSG. No hubo noticias siquiera de Messi. Tampoco compitió, como se espera siempre de un equipo de Luis Enrique, desbordado también por Emery. Ayer perdió incluso la condición de superviviente porque el remonte se adivina ahora mismo imposible en el Camp Nou. No se veía nada igual desde los cuatro goles que le endosó el Bayern en 2013.

El desplome azulgrana fue rotundo, individual y colectivamente, física y tácticamente, incapaz de decir ni pío ante la tunda que le cayó encima en los distintos pasajes que tuvo el partido de París, muy bien diseñado por Emery. La riqueza futbolística del PSG contrastó con la inercia del Barça. Los azulgrana han perdido el tiempo, embelesados con sus tres delanteros, como si nada malo les pudiera pasar en la vida, y menos en Europa.


La inercia va camino de matar al Barça. Hacía muchas jornadas que pasaba el rato en la Liga y, por si acaso, como si quisiera tener un salvoconducto hasta final de temporada, se esforzó mucho en la Copa. El entrenador ha rotado a medios y a defensas para tener a punto en el momento decisivo al equipo titular, sobre el que no había más duda que la del volante derecho, una plaza hoy ocupada por André Gomes, preferido ante Rakitic por Luis Enrique. Había la sensación de que el día que se juntaran Piqué, Busquets, Iniesta, Messi, Neymar y Luis Suárez, el Barça recuperaría su memoria, su estilo y su fútbol, su condición de aspirante a ganar la Liga de Campeones. El Parque de los Príncipes parecía el escenario ideal para la reaparición del mejor Barça. Falsa expectativa.

Los azulgrana fueron un equipo inanimado porque a los mejores también se les ha olvidado jugar al fútbol, igual que a los suplentes, mientras los nuevos todavía no han aprendido, como André Gomes. Nadie visualizó mejor los síntomas de desfallecimiento del Barça que Emery, cansado de ser víctima de la misma película azulgrana, harto de perder, ávido de revancha, ahora más que nunca, porque el marco era la Champions.

El técnico sabía que la suerte del PSG pasaba por atacar de salida al Barcelona con dos futbolistas en plena forma como Di María y Draxler. La mejor versión del equipo francés ha llegado con el fichaje del alemán y la recuperación del argentino, el Fideo del Real Madrid.

El fútbol sutil y entre líneas de Di María y las potentes llegadas de Matuidi desmontaron al Barça, muy abierto y diseminado en la cancha por el ambicioso despliegue del PSG. Atacaba por los costados, la presión era muy alta y sus futbolistas se expresaban con tanta determinación como alegría, igual de confiados que si estuvieran los ausentes Thiago Silva y Motta. Rabiot personificaba la agresividad desde el pivote mientras Di María percutía de manera reiterada a la espalda de Busquets. No encontraba su sitio el mediocentro azulgrana, Neymar se dolía de un tobillo y no tenía respiro Ter Stegen. A nadie le extrañó que marcara Di María en un libre directo después de que el portero rechazara con el brazo derecho un tiro de Matuidi.

El gol pareció tener un efecto sedante sobre el PSG y despabiló cinco minutos al Barça. A favor de marcador, Emery cambió de guion y su equipo pasó de atacar a contragolpear, de manera que el balón pasó a pies azulgrana y, especialmente de Neymar. Las aceleraciones del brasileño metieron a su equipo en el encuentro después de un rato extraviado, sin salida ni profundidad, martirizado Busquets y los centrales por los volantes de Emery. André Gomes, sin embargo, no acertó a rematar el balón de gol que le puso Neymar y el partido viró hacia un intercambio de golpes del que también salió ganador el PSG. Messi perdió la pelota en una zona de riesgo y la transición de Verratti la culminó perfectamente Draxler.

Ni con el descanso de por medio se dio por enterado el Barça. No reaccionaron los futbolistas ni encontró soluciones con los cambios Luis Enrique. Las ocasiones y los goles cayeron sin remisión en el marco de Ter Stegen. La contienda, y seguramente la eliminatoria, quedaron resumidas en dos imágenes: el joven Kimpembe le quitó el balón con un soplido a Messi y Cavani celebró su 30 cumpleaños con el 4-0 después que Di María firmara también el 3-0. A la excelente actuación coral del PSG le faltaba el gol de su estrella, Cavani. Así culminaba el plan perfecto de Emery, siempre ganador: al inicio, en el intermedio y al final, redimido incluso por un tiro al poste de Umtiti.

Nunca había sufrido una derrota tan humillante y vergonzante el Barça de Luis Enrique. La imagen azulgrana fue ayer de punto final a la espera de la vuelta en el Camp Nou. El currículum del equipo invita a aguardar al Camp Nou de la misma manera que su función de en París es la propia de un Réquiem.ElPais

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