Ducati: producción artesanal para MotoGP

  23 Abril 2016    Leído: 640
Ducati: producción artesanal para MotoGP
Hace ya casi diez años, la primera vez que Jorge Lorenzo visitó la sede central de Yamaha en Iwata, al sur de Japón, descubrió, nada más llegar, dos centenares de empleados esperándole, con los dedos índice y corazón cargados, para la inevitable fotografía. Recién llegado a MotoGP, semejante alineación fue un `shock`, que se amplió con los años al reconocer las modernísimas instalaciones, examinar otras fábricas de la marca por el mundo y, al fin y al cabo, comprender su papel en la empresa. Una compañía con más de 50.000 trabajadores, un millar de ellos centrados en las carreras, y unas infraestructuras imponentes, le había escogido como representante último, el ejecutor de tantísimo trabajo.

En Ducati, a partir del año próximo, será diferente. "Allí yo podré decidir cómo evolucionar la moto", comentaba este jueves el vigente campeón, ante su nueva situación: seguirá exigido sobre la pista, pero, además, deberá implicarse fuera de ella. "Somos 150 veces más pequeños que las multinacionales japonesas", aceptaba el representante de la marca Livio Lodi y, aunque eso supone el principal riesgo del cambio del español, contar `sólo` con la ayuda de unos 200 empleados, también es su máximo atractivo. "Ganar con Ducati es algo único, sólo Casey Stoner lo ha conseguido y todo el mundo lo recuerdo por ello", aseveró el propio protagonista, consciente que la `magia` de su próximo equipo no está sólo en su reducido tamaño.

La belleza de la marca se encuentra, sobre todo, en su ambiente familiar y en su producción artesanal. Creada en 1925 como fábrica de radios por los hermanos Ducati, tras la Segunda Guerra Mundial, se asentó como colonia industrial en Borgo Panigale, ahora un barrio de Bolonia, y empezó a comercializar un pequeño motor para bicicletas, el `Cucciolo`: se abrió paso en el motociclismo. Por los obstáculos de la postguerra pronto tuvo que ser nacionalizada pero, con la misma plantilla, manteniendo sus derechos, vivió en los años 60 y 70 su época más fecunda gracias al descubrimiento del motor desmodrómico, un ingenio que asegura la precisión en el movimiento de las válvulas e impide la pérdida de potencia.Con el paso del tiempo, la empresa acabaría en manos estadounidenses (TPG Capital en 1996) y finalmente alemanas (Grupo Volswagen en 2012), pero su tradición, de forma casi milagrosa, se mantiene aún hoy: "En nuestra fábrica no hay robots", explica orgulloso Lodi y confirma que conoce los apellidos de todos sus compañeros. Las 34.000 motos que fabrican al año se realizan de forma individual y, por eso, los encargos deben esperar un tiempo. "Entre 40 o 50 días por cada moto. Nosotros no podemos competir en tamaño y velocidad, por eso debemos competir en perfección", asumen en la marca y ahí aparece Lorenzo: demostrar que la Ducati puede dominar el Mundial sería su mejor campaña publicitaria.

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