La visita del Bonafini, de 87 años, ha generado polémica en Argentina luego de que la dirigente social Margarita Barrientos, cercana a Macri, contara que en 2013 viajó a Roma para ver al Papa pero fue expulsada de la Plaza San Pedro. Barrientos aclaró luego que el problema no fue con ella, sino con uno de sus acompañantes, y el Papa comunicó por canales informales que no estaba al tanto del incidente. Una nueva invitación llegó hace dos semanas desde el Vaticano, pero Barrientos decidió rechazarla. El encuentro estaba programado, justamente, para hoy, cuando Francisco recibió a Bonafini.
El Papa, en cualquier caso, ha decidido vaciar de contenido político la foto con Bonafini, atento a las repercusiones en Buenos Aires. Para ello dejó trascender sus opiniones sobre el tema. “Parece que la piedra del escándalo es que yo reciba a la señora Bonafini. Sé bien quién es, pero mi obligación de pastor es la de comprender con mansedumbre”, escribió Francisco a un amigo argentino en un correo electrónico difundido por la agencia oficial de noticias Télam. “Esta señora, desde la plaza (de Mayo), me insultó varias veces con artillería pesada pero a una mujer a quien le secuestraron los hijos y no sabe cómo y cuánto tiempo los torturaron, cuándo los mataron y dónde los enterraron, no le cierro la puerta. Lo que veo allí es el dolor de una madre. Si me usa o no me usa no es mi problema”, escribió el Papa.
Bonafini regaló al Papa un pañuelo blanco, símbolo de la lucha que Madres lleva desde hace casi 40 años por la recuperación de sus hijos desaparecidos por la dictadura argentina (1976-1983). La dirigente de Derechos Humanos dijo que pensó mucho en que decirle a Bergolgio. También lo invitó a visitar Argentina porque, según dijo, "están pasando cosas muy graves".
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, opinó días atrás sobre la controversia que generó en Buenos Aires el viaje de Bonafini al Vaticano. El ministro, que habla en nombre de Macri, dijo que “mucha gente (…) siente que son demasiados gestos para un lado y pocos para el otro". Se refirió así al frío encuentro que Francisco mantuvo con el presidente argentino.
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