En el artículo para Foreign Policy el autor recuerda que la escalada de la crisis en Ucrania se inició el 29 de enero y "tiene alguna relación con el evento político que la precedió en nueve días —la investidura de Donald Trump—".

"Casi dos docenes de civiles y militares han muerto, y muchos más han resultado heridos en lo que la OSCE describe como el bombardeo más pesado que ha registrado desde que comenzó la guerra en 2014", escribe Webb sobre los recientes acontecimientos de la localidad de Avdéevka.

Según el periodista, las fuerzas ucranianas "han solidificado sus defensas" y han avanzado armamento pesado, incluidos tanques de batalla, que debían haberse eliminado de las líneas de frente como parte del Acuerdo de Minsk II.

Webb destaca que Kiev "ha señalado con el dedo a Rusia como el culpable del reciente estallido de la guerra", pero, según prosigue, no existe evidencia de que las tropas rusas estén involucradas en los combates de hoy.

Además, tras volver a abandonar su política de desconexión el pasado otoño, Ucrania ha estado haciendo incursiones cada vez más frecuentes en la llamada `zona gris` —el territorio no cubierto claramente por las restricciones de Minsk—.

"El resultado es que esta zona en el este de Ucrania se ha convertido en un polvorín", apunta Webb.

Al mismo tiempo, el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, "ha utilizado la escalada del conflicto para recordarle a Donald Trump los costos de un acercamiento con el líder ruso, Vladímir Putin".

"¿Quién se atrevería a hablar de levantar las sanciones en tales circunstancias?", se preguntó Poroshenko citado por Webb.

A juicio de Webb, la victoria de Trump acarreará la reducción de la financiación estadounidense, por lo cual Kiev "sigue siendo reacio a hacer cualquier tipo de trato con Donbás".

Asimismo, el autor admite que "aquellos que abogan por un compromiso menos drástico se encuentran bajo fuego en el cargado clima político de Ucrania". Así, la diputada de la Rada Suprema Nadezhda Sávchenko fue denunciada como traidora por los partidarios de la línea dura debido a sus palabras de que "solo una solución pacífica" sería capaz de resolver la crisis.

"La falta de oposición a la retórica de guerra de Poroshenko significa que muchos se adhieren a la idea de que es solo posible ganar la paz a través de la guerra", concluye Webb.

Sputnik

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