La medida tuvo lugar después de salir a luz informes, según los cuales, la constructora, involucrada en casos de corrupción continental, no contaba con la financiación necesaria para terminar la obra, cuya inversión de 7000 millones de dólares ha sido la mayor en infraestructura en la historia del país.
Al no cumplirse el hito de cierre financiero, el Estado peruano usó su facultad de dar por terminado el contrato y convocar una nueva licitación del proyecto.
Una nueva licitación del gasoducto podría demorar entre 12 y 15 meses si el Estado destina un equipo competitivo y presupuesto suficiente, opinan los analistas del sector que han recomendado el rediseño completo del proyecto.
Según la Asociación de Construcción Civil peruana, esta paralización, sumada a otras obras de Odebrecht en el país andino, como la irrigación de Chavimochic, Majes y Alto Piura, ha dejado sin trabajo a 15 000 personas.
La adjudicación de la obra, en junio de 2014, fue muy cuestionada. En esa ocasión compitió un único postor, un consorcio conformado por Odebrecht y la española Enagás. Su único rival fue descalificado entre denuncias de irregularidades y falta de transparencia contra la agencia gubernamental de privatizaciones.
De momento, han mostrado interés en el gasoducto el fondo de inversiones Brookfield y la Corporación Nacional de Petróleo de China. El grupo Sempra fue uno de los favoritos para la compra de la participación de Odebrecht en el gasoducto, pero desistió, limitado por las restricciones que impone en EE.UU. la ley anticorrupción en prácticas extranjeras a empresas y fondos, explicó el analista.
Además de ser alrededor de unos 6000 millones de dólares más costoso, las nuevas condiciones del acuerdo implicaron que el Estado asumiera el riesgo. Para lo cual, durante los 34 años de la concesión, se estableció un cobro extra en el recibo de electricidad de todos los consumidores.
El mayor Gasoducto del Sur de Perú, se extiende en más de 1000 kilómetros de tuberías que deben partir del yacimiento de Camisea, en la selva del Cusco, y atravesar los Andes para desembocar en la costa pacífica. Se pronostica que la obra fortalecerá el sistema de transporte de gas natural y permitirá la producción de energía eléctrica, favoreciendo a seis regiones del sur del país.
RT.actualidad
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