La declaración de la Comunidad decía:
“Como subrayó el presidente, el número de azerbaiyanos expulsados de Azerbaiyán Occidental y sus descendientes en el país hoy en día se cuentan por millones. Recordemos que, según los resultados del censo general realizado en Azerbaiyán, los azerbaiyanos eran mayoría en el territorio de la actual Armenia dentro del Imperio Ruso en 1897. Durante ese período, el 25% de la población azerbaiyana del Cáucaso meridional, incluido el 30% de las mezquitas registradas, se encontraba en el territorio de la actual Armenia. Hoy no quedan azerbaiyanos en Armenia, unas 300 mezquitas que les pertenecían, numerosos cementerios y otros monumentos culturales han sido borrados de la faz de la tierra. El 90% de las zonas residenciales propiedad de azerbaiyanos en Armenia están abandonadas y destruidas.
Como señaló el jefe de nuestro Estado, los azerbaiyanos occidentales experimentaron todos los sufrimientos de la deportación. Tuvieron que abandonar sus hogares como consecuencia de las masacres, la creación de una atmósfera de miedo y la coacción por parte de las autoridades estatales. La deportación de cientos de miles de azerbaiyanos de Armenia en 1948-1953 para alojar a armenios del extranjero, así como el hecho de que muchos de ellos murieron debido a las diferentes condiciones climáticas, es una de las páginas trágicas del destino de los azerbaiyanos occidentales.
La Comunidad de Azerbaiyán Occidental hace un llamamiento al gobierno armenio para que respete sus obligaciones jurídicas internacionales, cree las condiciones para el regreso de los azerbaiyanos occidentales a su patria y restaure el patrimonio cultural destruido de Azerbaiyán.
Los países occidentales, que se autoproclaman defensores de la democracia y los derechos humanos, deben poner fin a su indiferencia y discriminación contra el derecho al retorno de los azerbaiyanos”.
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