En declaraciones al medio ruso Lenta.ru, el ingeniero ruso, ante todo, elogió a Musk por "seguir un camino inexplorado".

Cohetes reutilizables

El diseñador confirmó que técnicamente existe la posibilidad de reutilizar los componentes recuperados del cohete Falcon 9 —que es una de las metas a las que aspira la empresa estadounidense—.

"Técnicamente, el uso de los componentes recuperados es posible. Pero es necesario desarrollar minuciosamente esta tecnología y prestar una gran atención a los posibles daños ocasionados durante la recuperación", señaló Kátorguin.


Motores estadounidenses

Según el experto, el motor que utiliza SpaceX —llamado Merlin— es un proyecto interesante, aunque inferior a sus análogos rusos.
Kátorguin añadió también que es poco probable que a corto plazo los estadounidenses creen un motor de cohete que pueda competir con el ruso desde el punto de vista de la relación calidad-precio.

"Por supuesto, EEUU quiere tener su motor. ¿Lograrán los estadounidenses crear algo similar o mejor? Pues, no lo sé. Vamos a ver. La creación de un nuevo motor no es un asunto rápido", declaró.

Según el experto, desde 1997, Rusia entregó 87 motores a Estados Unidos.

"Sin Rusia, los estadounidenses no cumplirían sus planes de lanzamientos: además de 101 motores encargados, han pedido otros 20 y se han olvidado de todas las sanciones", destacó Kátorguin.

En diciembre de 2014, debido al deterioro de las relaciones entre Rusia y EEUU, el Congreso prohibió el uso de estos motores más allá de 2019, pero luego canceló esta prohibición por necesidad, lo que permitió a la empresa ULA, fabricante de cohetes Atlas V, encargarle a la rusa Energomash otros 20 RD-180 hasta el año 2020.
Al mismo tiempo, la NASA invirtió hace varios años en las empresas aeroespaciales para crear sus propios sistemas de lanzamiento. La agencia, que busca librarse de la dependencia de los motores rusos, espera que los líderes de la industria aeroespacial, como Boeing, SpaceX y otros, finalicen sus proyectos en 2018 para proporcionar a EEUU la capacidad de enviar tanto cargas como astronautas al espacio.

El vuelo a Marte

Finalmente, Kátorguin opinó que el proyecto de expedición a Marte, programado por Musk para el año 2018, es demasiado precipitado.

"Es absolutamente innecesario tener prisa en este caso: hace falta enviar más aparatos no tripulados al planeta. Marte entraña muchos misterios y peligros, también para el hombre", concluyó el experto.

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