La larga historia de esta conmemoración revela el camino recorrido para conseguir el reconocimiento de estos derechos. El punto de partida fue la Conferencia Internacional en Defensa de la Niñez, efectuada en Viena, en abril de 1952. Allí se proclamó que, por el sólo hecho de nacer, "el niño tiene derecho a ser feliz". Luego, el 1 de junio de 1956, la Asamblea General de la ONU acordó instituir el Día Internacional de la Infancia para "consagrar la fraternidad y la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero". Con el fin de celebrar este día, la ONU invitó a todos los países a promover actividades que involucrasen de manera directa a los niños y niñas como sujetos de derechos. Muchos años más tarde, el 20 de noviembre de 1989, la organización internacional logró sancionar la Convención Internacional de los Derechos del Niño, a la que adhirieron tanto Argentina como Chile.
Por ese motivo, en muchos países, entre ellos Argentina y Chile, se unifica esta conmemoración (la del 1 de junio) con la del 20 de noviembre.
La Convención establece que los chicos y chicas gozan de derechos especiales que se organizan alrededor de cuatro
Principios Generales:
Interés Superior del Niño: máxima satisfacción integral y simultánea de derechos.
No discriminación: individualmente, contra grupos específicos, ni contra el grupo poblacional íntegro.
Participación: tomar en cuenta su opinión y derecho a ser escuchados.
Supervivencia y desarrollo: garantizar en la máxima medida la supervivencia y el desarrollo del niño, en su sentido más amplio.
Etiquetas: