El incidente se produjo ante la mirada horrorizada de 300.000 personas reunidas para un espectáculo de fuegos artificiales con la ocasión del Día de Australia.
El comisario interino de la policía australiana, Stephen Brown, indicó que si el aparato había caído en las orillas podría habría causado la muerte de cientos de personas. El espectáculo fue cancelado tras el accidente.
HispanTV.es
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