La declaración reza: "Hoy se cumplen 32 años del genocidio de Joyalí cometido contra civiles azerbaiyanos durante la agresión militar y la ocupación de los territorios de Azerbaiyán por parte de Armenia.

La política armenia de limpieza étnica y genocidio contra los azerbaiyanos se llevó a cabo junto con crímenes contra la humanidad en asentamientos como Baganis Ayrim, Jamilli, Karkijahan, Meshali, Malibayli, Gushchular, Garadaghli, etc. durante toda la ocupación de los territorios de Azerbaiyán. Una de las peores atrocidades de este tipo se cometió contra los residentes de Joyalí.

En la noche del 25 al 26 de febrero de 1992, la ciudad de Joyalí, que estaba sitiada y cuyo tráfico terrestre, así como el suministro de energía estaban cortados desde octubre de 1991 y enero de 1992 respectivamente, fue ocupada por las fuerzas armadas de Armenia con la ayuda del 366º Regimiento de Fusiles Motorizados de la antigua URSS tras un bombardeo masivo de artillería.

Como resultado de la ocupación, 613 personas, entre ellas 63 niños, 106 mujeres y 70 ancianos, fueron brutalmente asesinadas, 8 familias fueron completamente aniquiladas, 130 niños perdieron a uno de sus padres y 25 niños perdieron a ambos progenitores. Aún se desconoce el destino de 150 personas, entre ellas 68 mujeres y 26 niños, de un total de 1.275 personas, que fueron tomadas como prisioneras y rehenes, así como cruelmente torturadas.

El uso de armamento pesado sin ninguna necesidad militar contra la ciudad de Joyalí, donde vivían azerbaiyanos pacíficos, los materiales de investigación sobre las atrocidades cometidas contra los civiles, los testimonios de testigos presenciales, así como la confesión del entonces ministro de Defensa y ex presidente de Armenia, Serzh Sargsián, de que "antes de Joyalí, los azerbaiyanos pensaban que ... los armenios eran personas que no podían levantar la mano contra la población civil. Fuimos capaces de romper ese [estereotipo]" no deja lugar a dudas de que la masacre cometida no fue un accidente, sino un crimen deliberado de genocidio planeado por Armenia y llevado a cabo por sus fuerzas subordinadas.

Al igual que otros crímenes contra la humanidad perpetrados por Armenia contra los azerbaiyanos, el genocidio de Joyalí es también una flagrante violación del derecho internacional humanitario, las normas de derechos humanos, así como de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.

Debido al fracaso a la hora de poner fin a la impunidad de Armenia por crímenes contra la humanidad, este país continuó con su práctica actual y cometió crímenes de guerra contra la población que vive en los distritos de Ganja, Barda y Tartar, situados a una distancia muy lejana de las operaciones militares durante la Guerra Patria de 44 días. Esto demuestra una vez más las nefastas consecuencias de no llevar ante la justicia a los responsables de crímenes contra la humanidad como el genocidio, que entran en el ámbito de la jurisdicción universal.

Desde esta perspectiva, el apoyo de la comunidad mundial a las medidas adoptadas a escala nacional e internacional para acabar con la impunidad de los criminales, así como la colaboración en este ámbito, son fundamentales

Este año, por primera vez, en el 32º aniversario del genocidio de Joyalí, nuestra bandera tricolor ondea sobre todos los territorios de Azerbaiyán, incluida la ciudad de Joyalí, que es un estallido mental y una herida incurable para todos los azerbaiyanos.

La liberación de Joyalí encarna nuestra fuerza y solidaridad, por lo que es un lazo de lealtad con las víctimas del genocidio de Joyalí.

Al mismo tiempo, Azerbaiyán cree que las continuas medidas adoptadas a nivel nacional y en el marco del derecho internacional vigente servirán para poner fin a la impunidad y llevar ante la justicia a los responsables de los graves crímenes cometidos durante la agresión de Armenia contra Azerbaiyán.

En este 32 aniversario de la tragedia, recordamos con profundo respeto y honramos la memoria de las víctimas inocentes del odio étnico y los crímenes genocidas de Armenia, incluido el genocidio de Joyalí.

Que sus almas descansen en paz".

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