La declaración reza: "Han pasado 32 años desde el Genocidio de Joyalí, uno de los crímenes contra la humanidad más horribles de la historia de la humanidad, que demuestra la política de Armenia de odio étnico y genocidio contra los azerbaiyanos.
En la noche del 25 al 26 de febrero de 1992, la ciudad de Joyalí fue ocupada por las fuerzas armadas armenias con la participación del 366º Regimiento de Fusiles Motorizados del antiguo ejército soviético, y la población local fue sometida a genocidio, quedando la ciudad completamente destruida.
Como resultado del acto de genocidio, se violaron gravemente los derechos humanos fundamentales y las normas y principios del derecho internacional humanitario. Un total de 613 residentes de Joyalí, incluidos 63 niños, 106 mujeres y 70 ancianos, fueron asesinados sin piedad. Ocho familias fueron completamente aniquiladas, y 25 niños perdieron a ambos padres, mientras que 130 niños perdieron al menos a uno de sus progenitores. Entre los heridos, 76 eran niños y 487 personas resultaron gravemente heridas. De los asesinados, 56 fueron sometidos a métodos especialmente crueles, como quemarlos vivos, arrancarles la cabellera y someterlos a otras horribles formas de tortura. Además, la suerte de 150 personas, entre ellas 68 mujeres y 26 niños, de entre los 1.275 rehenes tomados sigue sin conocerse hasta hoy.
El asesinato masivo perpetrado en Joyalí constituyó una grave violación de convenciones internacionales como la Convención de Ginebra sobre la Protección de las Víctimas de Guerra, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre los Derechos del Niño, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, e infringió gravemente el derecho fundamental a la vida.
Hace treinta años, por iniciativa del Líder Nacional del pueblo azerbaiyano, Heydar Aliyev, el Genocidio de Joyalí fue evaluado política y jurídicamente por primera vez por el Parlamento de la República de Azerbaiyán y, en consecuencia, el 26 de febrero fue declarado Día del Genocidio de Joyalí.
La campaña "Justicia para Joyalí", organizada y llevada a cabo de forma continuada por la Fundación Heydar Aliyev y cuyo objetivo es el reconocimiento internacional y la evaluación jurídica y política de este acto criminal, es de gran importancia para aumentar la concienciación pública sobre este trágico suceso a nivel internacional y demostrar una resistencia significativa contra los asesinatos en masa, la limpieza étnica y los casos de discriminación racial, religiosa y étnica. Como resultado de las actividades llevadas a cabo en el marco de la campaña, los órganos legislativos de 17 países, 24 estados de Estados Unidos, así como la Organización de Cooperación Islámica y la Organización de Estados Túrquicos, condenaron este atroz asesinato en masa, lo reconocieron como genocidio y adoptaron las decisiones y resoluciones pertinentes.
El descubrimiento de lugares de enterramiento masivo hallados en los distritos de Aghdam, Shusha, Khojavand, Fuzuli y Kalbajar tras la Segunda Guerra de Karabaj y las medidas antiterroristas locales llevadas a cabo el año pasado, así como durante las actividades de construcción, reconstrucción y exploración en los territorios liberados, y también hace algún tiempo cerca de la fortaleza de Asgaran, cerca del distrito de Aghdam, que está cerca de Joyalí, los signos de tortura en los restos humanos de esas fosas comunes reafirman el brutal asesinato de nuestros compatriotas durante el acto de genocidio de Joyalí y la aplicación de la política de genocidio contra los azerbaiyanos.
A pesar de los numerosos llamamientos de nuestra parte, Armenia no ha hecho ningún esfuerzo por determinar la suerte de casi cuatro mil personas desaparecidas y tampoco ha facilitado información sobre las fosas comunes donde están enterrados nuestros compatriotas, que fueron sometidos a tortura y asesinados.
Las organizaciones internacionales y la comunidad mundial deben emprender una evaluación jurídica del genocidio de Joyalí, ampliamente reconocido como una de las masacres más trágicas del siglo XX. Es crucial que los responsables de este grave crimen contra la humanidad sean llevados ante los tribunales de justicia para su enjuiciamiento".
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