La familia de Jules Bianchi anunció este jueves que ha iniciado acciones legales contra Formula One Group, el conglomerado de empresas que comercializan el Mundial de Fórmula 1, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y el equipo Marussia (hoy Manor), como corresponsables de la muerte del piloto francés. Bianchi falleció el pasado julio como consecuencia de las secuelas que le provocó el accidente que sufrió durante las últimas vueltas del Gran Premio de Japón de 2014, al chocar contra una grúa que en ese instante estaba recuperando el monoplaza de Adrian Sutil.
La FIA llevó a cabo una auditoría interna que finalmente liberó de cualquier responsabilidad a los distintos organismos que regulan, promueven y participan en el campeonato, y responsabilizó al piloto por no haber aminorado suficientemente. Ese veredicto dejó perpleja a la familia del corredor de Niza, que después de meses de deliberación ha decidido poner en marcha este proceso en Gran Bretaña, al considerar que en aquel desafortunado incidente se produjeron varios errores importantes que deben tenerse en cuenta.
“Buscamos justicia para Jules, y saber la verdad acerca de las decisiones que llevaron a mi hijo a sufrir aquel accidente durante el Gran Premio de Japón”, expone en un comunicado Phillipe, el padre de Jules, que en todo este tiempo ha actuado como portavoz. “Como familia tenemos muchas preguntas que no se han contestado, y sentimos que aquella desgracia y la posterior muerte podrían haberse evitado si no se hubieran producido una serie de errores”, añade Phillipe, que este fin de semana se acercará a Mónaco. El bufete que lidera la iniciativa es Stewarts Law, y ya ha mandado una carta a las distintas partes implicadas dando su argumentación. "La muerte de Jules Bianchi pudo haberse evitado. El informe realizado por los investigadores de la FIA dio bastantes recomendaciones para aumentar la seguridad de la F-1, pero dejó sin identificar los errores que permitieron la muerte de Jules", sostiene Julian Chamberlayne, miembro de Stewarts Law.
La muerte de Bianchi fue la primera después de la que le costó la vida a Ayrton Senna, fallecido en Imola durante la celebración del Gran Premio de San Marino, el uno de mayo de 1994. En aquella ocasión, el paulista se estrelló contra el muro exterior de la curva Tamburello, una las más rápidas del trazado, mientras perseguía a Michael Schumacher, con tan mala suerte que una de las barras de la suspensión de su Williams penetró en el casco y le causó daños cerebrales fatales. Los Senna también denunciaron, en este caso a la estructura británica, pero tanto Frank Williams, su director, como Patrick Head y Adrian Newey, director técnico y jefe de diseño, respectivamente, fueron declarados inocentes.
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