AzVision.az informa que el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó información al respecto.

En lugar de aprovechar la oportunidad para hacer avanzar el proceso de paz, el Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia vuelve a recurrir a la manipulación política.

Quisiéramos recordar al Ministro Mirzoyan, quien afirma que Azerbaiyán no asistirá a la reunión prevista en Bruselas, que a diferencia de Armenia, Azerbaiyán siempre ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para hacer avanzar el proceso de paz. A pesar de los golpes infligidos por la parte armenia al proceso de paz durante casi 30 años, nuestro país fue el principal iniciador en la cuestión de los principios de paz, el tratado de paz, la apertura de comunicaciones y la demarcación. Por el contrario, la parte armenia no permitió que las negociaciones sobre el acuerdo de paz tuvieran éxito y ahora obstaculiza el proceso con una serie de medidas provocativas.

Al mismo tiempo, refiriéndose a la declaración final de la reunión de Granada, la parte armenia, que recuerda una vez más los principios de independencia, soberanía, integridad territorial e inviolabilidad de las fronteras, no uso de la fuerza y ​​no amenaza de la fuerza, olvida que Armenia, a la que representa, ha sido una parte que ha violado estos principios con todos sus esfuerzos durante más de 30 años.

La posición sesgada mostrada por el ministro canadiense sin conocimiento de la situación de la región es completamente infundada.

En una situación en la que no hay crisis humanitaria en la región, el ministro canadiense afirma lo contrario: la falta de apoyo abierto a la integridad territorial y la soberanía de Azerbaiyán, así como la falta de interés por la situación de los refugiados desplazados. de los territorios anteriormente ocupados de Azerbaiyán y deportados por la fuerza desde Armenia, mostrada por Canadá contra nuestro país es un claro ejemplo de flagrante parcialidad.

En cuanto a que Canadá no excluya la opción de imponer sanciones como medida contra Azerbaiyán, cabe señalar que hablar con Azerbaiyán en un lenguaje amenazador es bastante incorrecto y no puede traer éxito a ninguna de las partes.

Hay que considerar que declaraciones tan provocativas y sesgadas no son más que obstáculos para el futuro desarrollo y progreso de la región sobre la base del respeto de los principios del derecho internacional.

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