Durante la conversación telefónica las partes intercambiaron puntos de vista sobre la situación actual en la región de Karabaj en Azerbaiyán.
El jefe de Estado señaló que los grupos de inteligencia y sabotaje de las fuerzas armadas armenias en la región de Karabaj en Azerbaiyán colocaron minas con fines terroristas, como resultado de lo cual murieron civiles y policías, y unidades del ejército azerbaiyano fueron sometidas a fuego de morteros y armas pequeñas de diversos calibres.
El presidente Ilham Aliyev destacó que estas acciones, incluidas las llamadas "elecciones presidenciales" en la región de Karabaj de Azerbaiyán el 9 de septiembre, fueron una continuación de las provocaciones deliberadas contra la soberanía de Azerbaiyán por parte de Armenia y la llamada institución separatista establecida y apoyada.
El Presidente de Azerbaiyán dijo que para impedir esas acciones de provocación e incitación, Azerbaiyán tenía que adoptar medidas locales antiterroristas en la región.
El Jefe de Estado enfatizó que durante las medidas antiterroristas no se ataca a la población civil ni a las instalaciones de infraestructura, sino que sólo se incapacitan objetivos militares legítimos.
El jefe de Estado mencionó que los representantes de los residentes armenios que viven en la región de Karabaj en Azerbaiyán fueron invitados varias veces a un diálogo por la administración presidencial de Azerbaiyán para discutir cuestiones de reintegración, pero se negaron, sin embargo, fueron invitados nuevamente a un diálogo cuando continuaron las medidas locales antiterroristas. El Jefe de Estado afirmó que las medidas antiterroristas cesarán si se deponen y desarman las armas.
El secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, expresó su preocupación por la situación, pidió un alto el fuego y dijo que Estados Unidos apoya el diálogo directo entre Bakú y los representantes de los residentes armenios que viven en la región de Karabaj.
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