La declaración reza: "Emitimos esta declaración para denunciar las recientes afirmaciones malintencionadas del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, y del ministro de Asuntos Exteriores, Ararat Mirzoyan, que demuestran una vez más la hipocresía de Armenia y su intento de utilizar indebidamente la noble noción de los derechos humanos para su agenda expansionista territorial".
"Armenia expulsó por la fuerza a todos los azerbaiyanos de su territorio, destruyó y profanó nuestro patrimonio cultural, lugares sagrados y cementerios, tratando de borrar cualquier rastro de nuestra presencia en nuestra patria. A pesar de nuestros insistentes llamamientos al diálogo y de nuestros esfuerzos por regresar a nuestros hogares con seguridad y dignidad, Armenia se ha negado sistemáticamente a entablar conversaciones significativas sobre este asunto, mostrando un desprecio absoluto por nuestros derechos.
Mientras Armenia sigue impidiendo el regreso a sus hogares de los azerbaiyanos expulsados, intenta descaradamente utilizar indebidamente argumentos de derechos humanos relacionados con los armenios étnicos que residen en la Región Económica de Karabaj de Azerbaiyán.
Las reclamaciones de Armenia no sólo carecen de fundamento, sino que representan una violación directa de la soberanía y la integridad territorial de Azerbaiyán. Armenia revela sus verdaderas intenciones al reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán sólo condicionalmente, y deja así abierta la posibilidad a intentos secesionistas. Este comportamiento de Armenia supone una clara violación del derecho internacional y está en total contradicción con los principios establecidos en las Recomendaciones de la OSCE sobre las minorías nacionales en las relaciones interestatales. Las Recomendaciones de la OSCE establecen, entre otras cosas:
"Si los Estados demuestran mayor interés por las minorías en el extranjero que en su propio país o apoyan activamente a una minoría concreta en un país mientras la desatienden en otro, pueden ponerse en duda los motivos y la credibilidad de sus acciones".
El desprecio de Armenia por nuestro derecho al retorno, la negativa a recibir misiones internacionales para ayudar en este proceso y evaluar el estado del patrimonio cultural azerbaiyano en Armenia deben ser condenados universalmente. La comunidad internacional no debe aceptar que Armenia siga abiertamente la política de "si no hay minoría étnica, no hay problema".
La Comunidad de Azerbaiyán Occidental hace un llamamiento a la comunidad internacional para que deplore las acciones de Armenia por lo que son: un flagrante abuso de la retórica de los derechos humanos en pos de reivindicaciones territoriales contra Azerbaiyán. Exigimos que Armenia cumpla sus obligaciones de garantizar el retorno seguro y digno de los expulsados azerbaiyanos a sus hogares en Armenia y ponga fin a su oportunista e hipócrita abuso de los derechos humanos. Mientras continuamos nuestra búsqueda de justicia y del derecho al retorno, reiteramos nuestro compromiso con el diálogo pacífico. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye nuestra causa y se solidarice con nosotros en la búsqueda de un futuro en el que se respeten y protejan los derechos de todas las personas, independientemente de su etnia o religión", concluyó la Comunidad.

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